Clarín

Radiografí­a de la Argentina como un país imposible

Martínez Estrada veía al país como un enfermo caro y a la Capital como un parásito. Analizó el fracaso argentino.

- Walter Lezcano Especial para Clarín

Un pueblo incapaz de vivir con arreglo a principios íntimos de justicia, es indigno de poseer leyes equitativa­s”. Es nuestra enemiga en casa: absorbe, devora, dilapida, corrompe. El interior y el pueblo le quedan sometidos”. Es una enferma grave, que ni se cura ni se muere, y que le cuesta un dineral a la familia”.

Un fantasma recorre el campo intelectua­l argentino: es el fantasma del pensador, poeta y escritor Ezequiel Martínez Estrada. Dijo alguna vez de la Argentina: “es una enferma grave, que ni se cura ni se muere, y que le cuesta un dineral a la familia”. Y ahora mismo se acaban de reeditar en forma simultánea dos de sus obras capitales: Radiografí­a de la pampa y La cabeza de Goliat. Microscopí­a de Buenos Aires.

Con prólogos del sociólogo y escritor Christian Ferrer, estos textos vuelven a poner en circulació­n el pensamient­o devastador, corrosivo y aplastante de Martínez Estada. En tiempos en los que los millennial­s se adueñaron de la escena mediática y simbólica y la política parece estar revestida por la construcci­ón de relatos antagónico­s donde la realidad queda muy desdibujad­a, reaparecen estos dos libros que vienen a decir su verdad sobre la esencia de la Argentina y la pro- vincia de Buenos Aires. Y esa verdad, a pesar de ser dicha de forma violenta hace muchos años y en contextos muy diferentes a los actuales, todavía guarda su increíble vigencia.

Publicado por primera vez en 1933, Radiografí­a de la pampa fue una pieza anómala y radical dentro de la producción de Martínez Estrada, de 37 años por entonces, que hasta ese momento había publicado cuatro libros de poesía y ganado el Premio Nacional de Literatura. Escribe Christian Ferrer en La amargura metódica. Vida y obra de Ezequiel Martínez Estrada: “El libro parecía haber sido dictado por una Casandra o una Pandora, o por un dios muy enojado. Fue el primero de sus ensayos, el que a la postre quedaría inmediatam­ente asociado a su nombre.”

Radiografí­a de la pampa, desde un análisis socio-histórico y psicológic­o, plantea a la Argentina como un país imposible debido a la recurrente manía de repetir sus traumas y frustrar sus máximos sueños de progreso. Es un ensayo con una alta carga de desolación y su tesis fue muy resistida en su entorno de circulació­n. Sobre todo por la raigambre proletaria de Martínez Estrada, que toda la vida fue empleado del Correo Argentino donde se jubiló, y por su formación autodidact­a. Sin embargo, el libro hizo un camino que llega hasta nuestros días.

Explica ahora Ferrer: “Martínez Estrada nunca dejó de tener lectores, tanto en vida como en su posteridad. Sus libros se siguen reeditando. Era un pensador libre, que nada debía a los ambientes literarios o políticos, ni siquiera a sus lectores, se guiaba por sus propias conviccion­es éticas y por intuicione­s conceptual­es, tanto como por su enorme conocimien­to de la historia nacional y de la cultura universal. Y además era persona recalcitra­nte, insobornab­le, aguafiesta­s y decen- te. Todo país necesita de un censor de sus males, aunque no sea agradable lo que tenga para decir, y él fue uno de los pocos escritores argentinos que se negaron a tener 'compromiso­s'”.

La cabeza de Goliat fue su siguiente libro, publicado en 1940. Y ahí Martínez Estrada trabajó en dos direccione­s. Por un lado desmitific­ó el valor de las grandes ciudades porque considerab­a que era una realidad que se alimentaba como un consuelo frente a la imposibili­dad de construir un gran país. Por otro lado, reflotó la pugna en

tre la metrópoli y el interior. El autor creía que Buenos Aires se nutría al modo de los parásitos y que, al igual que las estrellas de cine, se realzaba por encandilam­iento: “Es nuestra enemiga en casa: absorbe, devora, dilapi

da, corrompe. El interior, el territorio, la nación y el pueblo le quedan sometidos: ella los esquila y los embauca.” Era la nación entera la horma fallida y Buenos Aires, a lo más, un truco de ilusionist­as. El planteo de Martínez Estrada, un ferviente antiperoni­sta, es demoledor: “Un pueblo incapaz de vivir con arreglo a principios íntimos de justicia, es indigno de poseer leyes equitativa­s o, lo que es lo mismo, merece existir fuera de la ley”.

El “diagnóstic­o” que hizo Martínez Estrada del país y de Buenos Aires le valió en algunos círculos el título de profeta. Dice Ferrer: “Creo que no se equivocó en sus profecías, que no eran otra cosa que haber tenido buena vista y de haber contemplad­o a la Argentina tal como era, no como a uno le gustaría que fuera, y menos aún con un pasado inventado, tan distinto de la violencia latente que es un eje invariable de nuestra historia.”

Es en ese sentido en el que cobran relevancia estas reedicione­s, que definitiva­mente les hablan a los lectores actuales. Concluye Ferrer: “La confusión actual es grande y a veces tenemos que remitirnos a los muertos para poder entender cómo vivimos. A pesar de las apariencia­s, hace ya muchos años que la posibilida­d de un pensamient­o radical y controvert­ido, sin ataduras a las retóricas políticas de unos y otros, se ha disuelto. El objetivo de Martínez Estrada era compeler al pueblo argentino a someterse a un continuo examen de conciencia, un empeño que quizás fuera medio imposible.”

(Sobre Buenos Aires) (Sobre la Argentina)

 ??  ?? Ideas que siguen vigentes. Martínez Estrada mostró cómo el país repetía sus traumas y frustraba sus ambiciones de progreso.
Ideas que siguen vigentes. Martínez Estrada mostró cómo el país repetía sus traumas y frustraba sus ambiciones de progreso.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina