“Es insoportable ver a millonarios hacer lo que quieren en la Selección”
La actual e indisimulable desorganización en el fútbol argentino, mezclada con la indiscutible falta de interés de los jugadores argentinos que viven y juegan en Europa, a mi entender, debería tratar de solucionarse de la siguiente manera: volver a los métodos y enseñanzas de Menotti y Bilardo, y quizás Bielsa. Antes de Menotti existía una desorganización como ahora, los resultados se vieron de inmediato, en un lapso de once años se sucedieron los desastres de Suecia y en la Bombonera, por no hablar de otros notorios fracasos de nuestra Selección, aunque no puede dejar de mencionarse algunos éxitos notables como ser el sudamericano del 57 y la Copa de las Naciones del 64, logros que se debieron a la calidad y amor por la camiseta de los jugadores que integraron esas selecciones.
Con Menotti se implementó un régimen de organización y seriedad que no tardó en despertar el fervor y la pasión de la gente por la Selección, algo que continuó con Bilardo y se atenuó un tanto con Bielsa, de quien podría decirse que durante su dirección, por primera vez se vieron grandes claros en el Monumental cuando jugó la Argentina, probablemente porque su propuesta futbolística no era del agrado del público, pero lo que no podrá reprochársele al técnico rosarino es su capacidad de organización y seriedad. Además, estos tres técnicos creo que lograron algo que no han tenido en cuenta todos los técnicos que se vienen sucediendo en esta cadena interminable de fracasos, como tener “zumbando” a los jugadores, para bien del grupo, cuerpo técnico y de los objetivos fijados. La base de la Selección deben ser elementos que están jugando en la Argentina y con cierto hambre de gloria, a los que habría que integrar con un número para nada excesivo de “estrellas” que supuestamente brillan en un fútbol montado como negocio y espectáculo para masas que pagan entradas caras para ver lo que quieren ver, y que los popes de la FIFA y clubes europeos les dan de sobra para su entera satisfacción, entongando resultados y campeonatos, mientras ese público se va a su casa contento creyendo que lo que vieron es verdad. También ha sido un grave error haberle rogado a un jugador que ha fracasado rotundamente de acuerdo a lo que se dice de el “mejor del mundo”, “el más grande de la historia” en nuestra Selección una y otra vez. Si no quería jugar más en nuestra Selección, déjenlo, otros ocuparan su lugar, pero seguir manteniendo sueños imposibles y seguir soportando que estos multimillonarios sigan haciendo lo que quieren o según cual sea su estado de ánimo, es intolerable y de ninguna manera profesional.