“Es un gesto para demostrarle al Ministerio que queremos dialogar”
Los estudiantes piensan en medidas alternativas, aunque no descartan volver a las tomas si el gobierno porteño decide avanzar con la reforma escolar.
Los chicos y chicas del nivel secundario del Instituto Lenguas Vivas van y vienen por uno de los pasillos centenarios del edificio de Retiro. Desde la entrada de la escuela, desde las aulas, desde el patio, llevan cosas al armario que usa el centro de estudiantes, que representa a 538 alumnos. Allí guardan anafes, témperas, cajas de arroz, paquetes de fideos, un mazo de cartas, algunas mantas, una pava eléctrica y el redoblante que hicieron sonar todas las mañanas, desde que empezó la toma de la escuela el 7 de septiembre, para despertar a quienes pasaban la noche allí. Descuelgan y guardan también la bandera que, además de la sigla del centro de estudiantes y del escudo azul y rojo del Lenguas Vivas, dice "Colegio Tomado". La medida de fuerza, que se extendió en unas treinta escuelas porteñas en repudio de la reforma educativa que busca aplicar el Ministerio de Educación porteño, fue levantada ayer en esta escuela, tras una asamblea de la que participaron casi 300 alumnos. No fue el único colegio que optó por suspender la toma, y hoy se levantarían las que aún están activas en distintas escuelas.
"Excepto unos 40 alumnos que votaron sostener la toma, la mayoría se inclinó por levantarla: esa fue la postura que planteamos desde el centro de estudiantes ya que consideramos que es mejor continuar con otras medidas. Nos pareció un gesto para que al Ministerio le quede claro que queremos dialogar", explica Manuel Ovando, secretario general del centro de estudiantes de la escuela, una de las 17 que, según el plan de la cartera de Educación, serán las primeras en implementar la reforma desde el año que viene, sólo en el caso de alumnos de primer año.
Según cuenta Ovando, "trascendió que podía haber desalojos y hubo padres de otras escuelas que adujeron que las tomas impedían el derecho a la educación de sus hijos, pero la medida se levantó no especialmente por esto, sino para dar una señal clara de que queremos dialogar".
Hoy, tras más de dos semanas, se reanudarán las clases en el Lenguas Vivas. "No se computan las faltas de los días que hubo toma, pero ya sabemos que habrá que recuperar clases en diciembre y, en lo personal, creo que es lógico porque hay que completar los contenidos del año", sostiene Candelaria García, de 4° año y parte de la Secretaría de Comunicación del centro de estudiantes. Durante estos días, cuenta, comieron sobre todo fideos, polenta y guisos de arroz que la mamá de un alumno de 5° año preparó varias veces para quienes pasaban la noche en la escuela. "Dormíamos en las aulas que estuvieran más calentitas, y en las que los enchufes anduvieran mejor para cargar los celulares", cuenta Candelaria.
A un costado de la puerta de entrada de la escuela, por la que entran también los alumnos del nivel primario y los del instituto terciario, se apilan las colchonetas que los estudiantes usaron durante estos días para dormir: las sacaron del salón de Educación Física y allí van a devolverlas apenas terminen con las cajas que hay que guardar en el armario.
"Coordinamos entre varias escuelas que sería bueno pensar en otras medidas, como una nueva marcha y, en todo caso, si no hay respuestas reales del Ministerio, volver a la toma. Nos dicen que no van a prorrogar la reforma, que es nuestro principal reclamo, porque no se trata sólo de pasantías sí o pasantías no, sino de discutir profundamente cómo va a ser la educación, que es la base de la sociedad", reflexiona Ovando. En el aula en la que se reúne el centro de estudiantes, las paredes están pintadas con distintas leyendas que los años fueron acumulando con el correr de las medidas de fuerza. En estos días, con témpera azul, los chicos sumaron una nueva. Dice "¿Dónde está Santiago Maldonado?".
La medida fue levantada ayer, tras una asamblea de la que participaron casi 300 alumnos.