El nuevo juez llamó a la familia Maldonado y le pidió “paciencia”
Gustavo Lleral habló con el hermano y la madre del joven artesano. Por ahora, seguirá en Rawson.
A 56 días de la desaparición de Santiago Maldonado, y tras semanas de desavenencias con el anterior juez de la causa que sostenía como principal hipótesis que el joven de 28 años se había ahogado en el río Chubut, el nuevo magistrado, Gustavo Lleral, en su primer día formalmente a cargo del caso pareció haber arrancado con el pie derecho. Lleral se comunicó con la familia Maldonado y les pidió paciencia. Ellos destacaron “su gesto de profunda calidez humana” y sostuvo que se “inicia una nueva etapa” en la investigación, que “renueva nuestra fe en poder llegar a la verdad”.
Lleral habló primero con los padres de Santiago, Stella Maris y Enrique, y después con Germán, el hermano menor. Todos viven en 25 de Mayo, en el corazón de la provincia de Buenos Aires. Después se comunicó con Sergio Maldonado, quien vive en Bariloche con su esposa Andrea Antico.
“Nos manifestó que haría todo lo posible para avanzar en la investigación... Una vez más, comprometemos toda la colaboración a nuestro alcance para lograr ese objetivo. Anhelamos que se le conceda al nuevo magistrado la oportunidad de trabajar sin interferencias de ninguna clase. Necesitamos saber dónde está Santiago, que le pasó, quienes son los responsables de tanto dolor. Esa es nues- tra causa y no vamos a bajar los brazos”, expresaron los Maldonado en un comunicado.
Lleral es el titular del juzgado federal 2 de Rawson. El viernes la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia lo designó al frente del caso y con dedicación exclusiva por 60 días, luego de apartar al juez federal de Esquel, Guido Otranto, haciendo lugar a la recusación planteada por la abogada de la familia, Verónica Heredia, y por el CELS, que en base al relato de dos testigos sostienen que Santiago fue detenido y desaparecido por gendarmes.
Pero el nuevo juez no llegó aún a esta ciudad turística rodeada de cerros todavía muy nevados, que resisten el avance de la primavera. Lleral pidió copia del expediente -hizo saber a la familia que “ya trabaja” en el caso- y sigue en Rawson, donde ayer arrancó muy temprano en su despa- cho. Su secretario le ratificó a Clarín que si bien no tenía decidido cuándo viajará a Esquel -distante más de 600 kilómetros- la intención es hacerlo en lo posible esta misma semana. La Justicia federal le busca casa aquí para alquilarle en el tiempo que dure su misión.
El contacto que mantuvo con los Maldonado pareció descomprimir la tensión de los últimos días y la familia mostró optimismo tras asegurar que "hemos vivido casi dos meses con una esperanza en creciente agonía. Fuimos testigos y víctimas de una justicia lenta e ineficaz”. Antico, una de las cuñadas de Santiago, le dijo a este diario que cuando el juez llegue a Esquel están dispuestos a viajar para “ponerse a disposición”. Y volvió a reclamar al Gobierno nacional que “no interfiera”. De todas formas el domingo volarán a Buenos Aires para participar de la concentración en Plaza de Mayo al cumplirse dos meses de la desaparición de Santiago, visto por última vez el 1° de agosto en el desalojo por la Gendarmería de una protesta de los mapuches que cortaban la ruta 40.
Por su parte, fuentes de la Cámara de Comodoro Rivadavia dijeron que esperan que la Corte Suprema ratifique el acuerdo que decidió nombrar al juez con dedicación exclusiva. Cuando llegue el momento de tomar medidas, habrá que ver si Lleral profundiza la investigación sobre los gendarmes apuntados. La investigación busca pistas en los mensajes de 70 teléfonos secuestrados a los uniformados.
En una ambiente muy sensibilizado, ayer se difundió el resultado de un peritaje ordenado por el fiscal general de Esquel, Carlos Díaz Mayer, que concluyó que el incendio de la vivienda hace seis días del mapuche Marcelo Calfucán, no fue intencional sino producido por un cortocircuito. Calfucán había participado de la toma del juzgado federal de Esquel para reclamar contra el rol del juez Otranto, y al regresar a su casa en la montaña la encontró reducida a cenizas. Los mapuches habían denunciado que fue incendiada como represalia, por cuatro hombres llegados a caballo al lugar.