La grieta por el derecho a expresarse llegó al deporte de Estados Unidos
Así como la NBA y la NFL protestan ante el destrato del presidente, el NASCAR y la NHL le manifestaron su apoyo.
La división entre los que apoyan la protesta llevada a cabo por muchos deportistas estadounidenses y quienes los condenan arrancó cuando Colin Kaepernick puso su primera rodilla sobre el césped al sonar el himno de ese país, para alertar sobre la brutalidad policial contra la comunidad negra. Y se extendió en el tiempo. Y esa grieta, que parecía tener definitivamente de un lado al presidente de Estados Unidos y del otro a los deportistas no quedará así. Es que así como el básquetbol de la NBA y el fútbol americano de la NFL fueron los dos estratos que se habían manifestado contra Trump, el universo automovilístico del NASCAR y la liga profesional de hóckey sobre hielo, la NHL, manifestaron en las últimas horas el apoyo al excéntrico político multimillonario.
“Nuestro respeto por el himno nacional ha sido un sello de calidad de nuestros eventos pre-carreras. Gracias al sacrificio de muchos, vivimos en un país de libertades incontables y sin parangón, incluyendo el derecho de expresar la opinión pacíficamente”. El comunicado emitido por la Asociación Nacional de Carreras de Automóviles de Serie (NASCAR, según las siglas en inglés), la categoría más importante del deporte motor en Estados Unidos, enlaza el respeto por el himno con el apoyo a la libertad de expresión pero, en la práctica, se aleja de ello.
En la carrera del domingo, corrida en Loudon, New Hampshire, no hubo señal alguna de protesta. Las razones se entendieron con el paso de las horas y los testimonios. “Que se tomen un colectivo cuando termine el himno”, respondió Richard Childress, uno de los dueños de equipo, cuando le preguntaron qué les diría a sus empleados si protestaban al momento del himno. “Les dije a quie-
Nuestro país es una vergüenza para el mundo. (Trump) es un tipo que pensó que los jugadores enlazaban brazos para apoyar el himno”. Gregg Popovich (DT San Antonio)
nes trabajan conmigo que deben respetar al país”, agregó. Su par Richard Petty, siete veces campeón como piloto, fue más allá: “Quien no lo respete debería irse del país”.
“Me enorgullecen el NASCAR y sus seguidores. No tolerarán las faltas de respeto al país o a la bandera. Lo han dejado claro”, tuiteó en la mañana de ayer el presidente Trump. Sin embargo, en este ambiente también encontró oposición. El piloto más popular de la categoría, Dale Earnhardt Jr., también plasmó su pensamiento en la red social: “Todos los americanos (sic) tienen garantizado su derecho a la protesta pacífica”.
La NBA, en su día de atención a los medios, volvió a pararse en el lado opuesto a Trump, y contó con el apoyo de Michael Jordan. “No hay que demonizar ni excluir a quienes ejercen su derecho a expresarse pacíficamente. Deberíamos buscar maneras de trabajar juntos y apoyarnos en lugar de crear más división”, le dijo MJ al Charlotte Observer. Declaración esperable, a diferencia de la hecha por Tom Brady, estrella del fútbol americano y amigo del presidente, que aseguró: “Estoy en desacuerdo con él. Poder expresarlo es genial. Si se hace en paz y con respeto... De eso se trata este país”.
Me place informar que los Penguins campeones de la NHL me visitarán en la ceremonia de la Casa Blanca. ¡Gran equipo! Donald Trump, presidente de los Estados Unidos
Sin embargo, los Pittsburgh Penguins, campeones de la liga de hóckey sobre hielo, confirmaron su asistencia a la misma ceremonia en la Casa Blanca por la que Trump retiró la invitación a Golden State, el campeón de la NBA. En un comunicado, expresaron: “Respetamos la institución de la oficina presidencial y la tradición de campeones visitantes de la Casa Blanca. Los acuerdos o discrepancias con las políticas presidenciales pueden expresarse de otros modos”. Desde la NHL, formada por mayoría de jugadores blancos, no hubo cuestionamientos ni promesas de protesta. Tal vez hablaron sin hacerlo.
“Está muy bien lo que sucede en la NFL. Los jugadores han tenido coraje y ayudan a entender un problema profundo de Estados Unidos” Emanuel Ginóbili