“El mundo está revolucionado para bien y para mal”
La cantante colombiana de Bomba Estéreo habla de cambio, machismo y espiritualidad.
El vestido de Li Saumet es pura primavera y su poesía también. “Somos flores que venimos al mundo a adornarlo con los colores”, canta la morena de Santa Marta, Colombia ( hoy con look platinado), en Flower Power, reivindicando el despertar de la igualdad y el respeto entre géneros. Es una de las canciones con destino de hit de Ayo, el quinto disco de estudio que Bomba Estéreo estrenará esta noche en el Teatro Vorterix. “Es una palabra indígena que viene de la Sierra Nevada, de los Koguis. Es el nombre que le dan a las hojas de coca. Ellos caminan mucho para ir de un lado a otro, días o semanas, y van mascando las hojas para tener energía. Le quitamos la H porque nos gusta que sea una palabra universal con trascendencia propia”, explica. En ese lugar sagrado grabaron parte del disco, en medio de una ceremonia ancestral.
“Es todo parte de un proceso de vida y música. Después de 10 años logramos entender que los artistas tienen mucho que ver con la espiritualidad y con la naturaleza. Fuimos allí para agradecer y pedir permiso de una manera consciente. Hicimos el ritual de los koguis para orar por el disco, por la música, como un ‘pagamento’. Fue súper lindo, un amigo montó un estudio de grabación en Minca, en la montaña cerca del río. Un lugar mágico que fue perfecto y poderoso para empezar el ritual de Ayo”, explica Li.
- Más poderoso aún debe haber sido para vos convertirte en madre. ¿Cómo resignificó eso tu forma de verte como mujer y como artista?
-Totalmente. A todo ser humano, cuando es padre, le cambia la vida. La concepción del amor es otra cosa. Puro de verdad. Demasiado fuerte. Te das cuenta de que nada era tan real como pensabas, ni los miedos. No es ese amor idílico que acostumbramos vivir con nuestras parejas, éste es un amor sin límites y sin pedir nada a cambio. Cambia todo lo que uno piensa de la vida. Para mí es la plenitud. Ya no necesitás estar acompañada para siempre, es un amor incondicional y definitivo. Es bonito no estar siempre en función de uno y sus necesidades. El ego es una de esas cosas que no sirven para nada. Cuanto menos lo usemos, mejor. En la espiritualidad es innecesario, más bonita es la humildad. -En “Money, Money, Money...” hablan con ironía del dinero, ¿cómo no caer en la trampa de querer más y volverse un esclavo de eso? -Todo está en los principios, en la familia. Mi papá siempre fue muy tranquilo, de decir que prefiere ser humilde antes de tener plata. Nunca hicimos esto por fama o dinero. Nos está yendo bien, gracias a Dios, hemos trabajado por eso y podemos vivir de la música. Pero no podemos caer en la trampa de pretender ser algo por fama o riqueza. Volvernos comerciales para alimentar el ego. Estoy construyendo mi casa en la playa y es lo único que quiero para ser feliz. Cuanto menos, mejor. Acumular cosas no tiene mucho sentido.
-En “Flower Power” bailan al ritmo de la revolución de este tiempo, que es la reivindicación de la energía femenina...
-Es una revolución que lleva más tiempo, pero hoy explotó a partir de las redes sociales y demás. Ya ha sido fuerte en otras épocas, con el voto de la mujer y con etapas de matriarcado. Hoy el mundo está revolucionado, para bien y para mal. Musicalmente todavía hay mucho machismo, se habla de mucha cosa banal. Y es lo que escuchan nuestros niños y niñas. Está bueno hablar de cosas fuertes y que a la vez puedas bailar y divertirte.