Leña al fuego
Lo aseguró el canciller en una conferencia de prensa en Nueva York. Pero la Casa Blanca lo desmintió.
En una conferencia de prensa que dio ayer en Nueva York aseguró que Estados Unidos le declaró la guerra a su país y amenazó con derribar aviones enemigos. Así, crece la tensión nuclear.
La escalada de palabras y amenazas entre Donald Trump y el régimen de Corea del Norte parece no tener freno y eleva la tensión a límites impredecibles. En una rueda de prensa convocada en un hotel de Nueva York, el canciller norcoreano afirmó ayer que el presidente de Estados Unidos había emitido una “declaración de guerra” contra su país y que por lo tanto el gobierno de Kim Jong-un se considera con derecho a derribar aviones estadounidenses de combate que vuelen cerca de Norcorea.
Si bien la Casa Blanca negó horas después haber declarado la guerra y advirtió a Pyongyang que no puede atacar aviones en espacio internacional, el Pentágono señaló que está preparado para ofrecer opciones militares a Trump.
En este escenario impredecible, expertos consultados por Clarín consideran que la situación es “peligrosa” y que “una verdadera guerra aún no es probable, pero es posible” porque cualquier error puede encender la chispa. Afirman que se está más cerca de la acción militar como nunca desde hace más de 20 años.
Al término de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el jefe de la diplomacia Ri Yong-ho se refirió ayer a un tuit que Trump había escrito el sábado en el que señalaba que el líder norcoreano y su gobierno “no estará aquí mucho tiempo”. Ese mismo día, Washington había enviado varios bombarderos de largo alcance y aviones de combate al espacio aéreo internacional al este de Corea del Norte. El canciller norcoreano señaló: “Esto es claramente una declaración de guerra porque esas palabras vienen de un presidente estadounidense en el cargo”, dijo y también recordó el discurso del magnate en la ONU del martes, cuando amenazó con una “destrucción total” del país asiático.
Además, Ri amenazó con apuntar contra bombarderos estadounidenses, incluso aunque no entren en espacio aéreo norcoreano. Como interpretan que Estados Unidos les ha declarado la guerra, el canciller avanzó: “Nosotros a partir de ahora nos reservamos el derecho de la autodefensa, incluyendo el derecho a derribarlos”, dijo en relación a los aviones.
Si bien el propio Trump aún no ha respondido directamente a las declaraciones del canciller, la Casa Blanca intentó desestimar la disputa: “No hemos declarado la guerra a Corea del Norte y francamente la sugerencia es absurda”, dijo la secretaria de prensa Sarah Huckabee Sanders. “Nunca es apropiado que un país derribe aviones de otro país cuando están sobre aguas internacionales”, agregó.
Sin embargo, ante esta escalada Estados Unidos se alista para afrontar cualquier escenario. A través de su portavoz Robert Manning, el Pentágono informó ayer que “si Corea del Norte no pone fin a sus provocaciones le ofreceremos opciones al presidente para lidiar con ella”. Aunque no especificó qué opciones ofrecerán a Trump, es obvio que el departamento de Defensa analiza una alternativa militar. Señaló, además que los aviones estadounidenses se encontraban en espacio aéreo internacional y que tenían todo derecho a estar allí.
Consultado por Clarín, Charles K Armstrong, profesor de Estudios Coreanos de Columbia University, dijo que “una verdadera guerra todavía no es probable, pero es posible. Mientras continúe la guerra de palabras, ambas partes están bajo presión para tomar medidas para sustentar las amenazas. Ambas partes se están probando mutuamente y creo que existe la posibilidad de que una provocación sea interpretada como un acto de agresión y uno de ellos se sienta obligado a tomar represalias, algo que puede conducir a una serie de hostilidades militares abiertas”.
El experto agregó: “Yo diría que estamos más cerca de una segunda guerra con Corea que en cualquier otro momento desde el verano de 1994, cuando EE.UU. consideró atacar las instalaciones nucleares de Corea del Norte. Todo dependerá de qué sucederá en los próximos días o semanas. Si Corea del Norte prueba una bomba atómica sobre el Pacífico, tal como ha amenazado, EE.UU y la comunidad internacional pueden sentirse obligados a responder de manera contundente”.
Para T.J Pempel, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Berkeley, “esta guerra continua de palabras e insultos personales entre Kim y Trump es peligrosa. Es un verdadero problema de seguridad que requiere del delicado arte de la diplomacia y de las negociaciones silenciosas; no es adecuado este nivel de grandilocuencia a través de los medios de comunicación y en Twitter”, dijo a Clarín. Agregó que “la diplomacia aplicada de manera inteligente puede evitar la guerra” y que “su mayor preocupación” es “el peligro de un error de cálculo”.