Economista jefe del Banco Mundial para América Latina
“No es preocupante que la deuda suba, la clave es que el déficit baje”
Carlos Vegh es el economista jefe del Banco Mundial para la región. Este uruguayo, fanático de Peñarol, vive hace 35 años en EE.UU. donde estudió (doctor en Economía por la Universidad de Chicago), dictó clases y ahora se desempeña en la burocracia de Washington. Vegh llegó a Buenos Aires donde participó en las Jornadas Monetarias del Banco Central y el jueves disertará en una conferencia de FIEL. Aquí, el diálgo con Clarín. - Empecemos por el contexto internacional. En las jornadas del Banco Central se escucharon advertencias
sobre las condiciones de liquidez en el mundo y los peligros para países como Argentina cuando el crédito se cierra. ¿Coincide con esa visión?
Las economías de Sudamérica son exportadoras de commodities, por lo tanto, la región estará determinada en gran medida por los ciclos de estos precios y de los flujos de capitales. Tendremos períodos de mucha entrada de dólares, con un resultante crecimiento del crédito y otros de salida de capitales, un tipo de cambio que se depreciará y un crédito que disminuirá. Es parte del ciclo económico de la región y es inevitable.
- ¿Cómo evitar un dolor de cabeza entonces?
Uno aprende o trata de aprender diseñando nuevos instrumentos, por ejemplo, lo que los economistas llamamos ‘reglas macroprudenciales’. En el banco estudiamos el aumento de los encajes de liquidez en épocas que entran muchos capitales para enfriar la economía y bajarlos en épocas mala para estimularla.
- ¿Sirve acumular reservas? El BCRA se puso un objetivo: 15% del PBI
Hablando en general, uno aconsejaría a los países comprar reservas en tiempos de entrada de capitales. Muchos tendrían que intervenir para mantener el tipo de cambio y podrían subir los encajes para evitar que la economía se recalentara. Lo contrario sucede cuando hay salida de capitales. También hay casos donde un gobierno hereda una situación de reservas bajas, como fue aquí en Argentina. Entonces se ve obligado a aumentar el stocks de reservas.
- Argentina eligió financiar en el mercado la corrección de sus desequili- brios. Muchos aquí critican esa estrategia mientras el Gobierno sostiene que la suba de la deuda es transitoria, ¿usted qué opina?
El mercado dictará si los capitales entran o salen. Durante el último semestre del año pasado el ingreso neto de dólares a la región fue negativo y ahora, en estos últimos meses, positivo. Mi pronóstico es que para esta época de 2018 el grado de liquidez global será más bajo y hasta diría neutral por la suba de la tasa en EE.UU.
-¿Pero entonces un país como Argentina no queda más expuesto?
Es inevitable, no se puede ir en contra de ello. Uno tiene que elegir si vive con el mercado o sin él. En economía no tenemos soluciones intermedias y hemos visto muchos ejemplos, como el de la propia Argentina, donde el modelo de cerrarse al mundo no fun- cionó. O sea, hay que abrirse y aceptar estas situaciones. Es ser parte de una economía globalizada tanto a nivel financiero como comercial.
-¿Entonces no le preocupa el aumento de la deuda de Argentina?
El aumento de la deuda no me preocupa porque cuando se compara con el promedio de la región, aquí es bastante baja y se acumularon muchas reservas. La clave es continuar con la disminución gradual déficit primario que a su vez reduce la tasa de crecimiento de la deuda pública y ser muy firme con las metas de inflación como dijo el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
- ¿Cuál es el pronóstico de crecimiento para Argentina en 2018?
Crecerá 2,8% este año y 2,8-3% en 2018. Será una de las economías con mejor desempeño en Sudamérica. La región crecerá 1,1% este año.
- ¿Argentina puede sostener su ritmo de crecimiento, o incluso aumentarlo, si al mismo tiempo baja el déficit y la inflación?
Sí, se hace en forma gradual. No bajar el déficit fiscal primario sería ponerle una fuerza negativa a la economía. Se hicieron estabilizaciones donde la inflación cayó en forma gradual acompañada por una baja del déficit fiscal. Se trata de una política razonable y de tener un ancla cambiaria fuerte, un elemento clave de cualquier plan de estabilización que eventualmente ha llevado a tasas de inflación de un dígito.
- ¿En cuanto tiempo puede Argentina llegar a un dígito de inflación?
Soy optimista porque la economía argentina está mucho menos indexada que la brasileña en los 80 o la uruguaya en los 90. Si uno puede eliminar completamente la indexación pasada y celebrar los contratos con la inflación futura, y si a eso uno combina una meta inflacionaria creíble y una baja del déficit fiscal primario, con esas tres condiciones, la inflación podría llegar a un dígito en menos de cinco años.
- Federico Sturzenegger dijo que no están dadas las condiciones para “un relajamiento de la política monetaria”, ¿está de acuerdo?
Me parece la política monetaria correcta. Si la experiencia de la región nos enseña algo en los últimos 50 años es que todos los que quisieron estabilizar ‘a medias tintas’ nunca estabilizaron. Las estabilizaciones exitosas han sido las que se han hecho en serio simplemente porque las expectativas juegan un rol importante. w