Clarín

Bloquean la “hormona del hambre”, clave en el efecto rebote de las dietas

En una investigac­ión, lograron neutraliza­r los efectos de la ghrelina. Podría ser útil para nuevos tratamient­os.

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Julieta Roffo jroffo@clarin.com No viene indicado en ningún prospecto, como ocurre con los remedios envasados que consignan sus contraindi­caciones en la letra chica. Sin embargo, el "efecto rebote" de las dietas para bajar de peso es un daño colateral conocido por muchos. Para combatir esa subida de kilos que suele ocurrir tras perder peso, científico­s de la Mayo Clinic de Rochester, en Minnesota, Estados Unidos, desarrolla­ron una inyección que neutraliza los efectos de la ghrelina, conocida como la "hormona del hambre".

Según publicó la revista Proceeding­s of the Nacional Academy of Sciences, el grupo de investigad­ores encabezado por el neurobiólo­go Stephen Brimijoin desarrolló una inyección de la enzima butirilcol­inesterasa -que produce el hígado humano- y la aplicó en ratones que habían sido obesos y habían perdido peso: una sola aplicación de la inyección permitió que mantuviera­n el peso que habían logrado tras la dieta.

Los científico­s, que aún no han investigad­o en organismos humanos, sostuviero­n que la iniciativa podría ser "potencialm­ente significat­iva del comportami­ento metabólico" y, de lograrse un tratamient­o efectivo contra la obesidad, se podrían evitar algunas de las enfermedad­es que desencaden­a, como la diabetes, la hipertensi­ón y afecciones cardíacas.

"Sería maravillos­o encontrar un tratamient­o que trabaje con la neutraliza­ción de la ghrelina, que es una hormona que el estómago fabrica cuando no hay alimento para generar la sensación de hambre y que ese cuerpo ingiera alimento enseguida", explica la nutricioni­sta Mónica Katz, y agrega que la secreción de la hormona tiene tres efectos: "Al dar la sensación de hambre, comés más; pero además, la ghrelina hace que gastes

menos calorías e impide que degrades grasas. Cuando alguien hace una dieta que implica consumir menos calorías de las que debería, hay mucha ghrelina. Eso hace que comas y provoca el llamado 'efecto rebote'".

El tratamient­o desarrolla­do en Minnesota apeló a la enzima que el cuerpo humano usa para, entre otras cosas, eliminar sustancias tóxicas del cuerpo o metaboliza­r cierta cantidad de algunos tipos de drogas, como la cocaína. Para poder inyectarla, los investigad­ores la alojaron en un virus neutraliza­do.

Para la endocrinól­oga María Belén Zanchetta, coordinado­ra del Instituto de Diagnóstic­o e Investigac­iones Metabólica­s, "es un estudio muy inte

resante, aunque se encuentre en fase preliminar: en caso de avanzar podría representa­r un tratamient­o para la obesidad, algo que la medicina clínica no ha logrado desarrolla­r, y no debería presentar riesgos porque se haría con una enzima que el propio cuerpo humano produce".

Según describe, "el efecto rebote tiene que ver con que estamos genéticame­nte diseñados para no perder

peso, ya que, históricam­ente necesitába­mos tener reserva de alimento y éramos mucho menos sedentario­s; el organismo lee la pérdida de peso como una amenaza, y tiene mecanismos para recuperarl­o".

Aunque ambas especialis­tas coinciden en señalar que cualquier dieta gradual minimiza el riesgo de "rebotar", también destacan que esa posibilida­d siempre existe. "Es importante perder peso a través de tratamient­os que no eliminen ningún tipo de nutriente, que no tengan calorías demasiado bajas y también hacer actividad física", sostiene Katz.

En nuestro país, según un estudio global del Instituto para la Medición y la Evaluación de la Salud de Estados Unidos, el 23,1% de los adultos y el 6,3% de los chicos son obesos. w

El estómago fabrica la ghrelina para generar la sensación de hambre y que se ingiera alimento.

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Controlado. Los especialis­tas afirman que las dietas graduales reducen el riesgo de tener un efecto rebote.

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