Clarín

Manejaba borracho, chocó y mató a un chico de tres años: piden que vaya preso

Arrancó el juicio a Juan Manuel Sánchez Villar, quien además iba a 115 km/h y sin anteojos. “Queremos una condena ejemplar, un mensaje a la sociedad”, dicen los papás del nene.

- Verónica Frittaoni vfrittaoni@clarin.com

El domingo 27 de julio de 2014, Bautista Jara salió de su casa en Tigre envuelto en un sueño del que nunca iba a despertar. El chico, de 3 años, viajaba con sus padres en un Fiat 147, en el asiento trasero, arropado con una manta. Una camioneta apareció de golpe, a altísima velocidad, y los embistió desde atrás. Bautista salió des

pedido y quedó tendido cerca de un guardarrai­l en la avenida General Paz, a la altura de San Martín. Los intentos por salvar su vida, primero en el hospital Thompson y después, en el Eva Perón no alcanzaron. Murió casi dos horas después.

Eran las ocho de la mañana cuando Juan Manuel Sánchez Villar, que conducía alcoholiza­do y a 115 km/h destrozó al coche de los Jara con su Kia Sportage. Y luego, se vio en un video,

trató de escapar. Entonces, lo que iba a ser una jornada de disfrute en fami- lia se convirtió en una bisagra en el tiempo, un suplicio que Gastón y Lorena, los papás de Bautista, esperan mitigar con justicia. “No buscamos venganza: queremos justicia. Nadie te puede quitar la vida de un ser humano y seguir libre como si nada. Queremos una condena ejemplar, que pague por lo que hizo: prisión efectiva que dé un mensaje a toda la sociedad”, dice Gastón Jara, quien el lunes estuvo junto a su mujer en la primera audiencia del juicio contra Sánchez Villar. Llegar a esta instancia demandó 38 meses de idas y vueltas, entre ellas, intentos de llegar a un

acuerdo extrajudic­ial por parte de la familia del acusado, un pedido de

probation y la firme decisión de los Jara por llegar hasta la última instancia en la justicia. “Desde el primer momento, quisieron arreglar. Empezaron con dos millones y la última oferta fue de seis pero para nosotros nunca fue una opción. La causa penal no se toca”, reafirma Gastón. Sánchez Villar está procesado por

homicidio culposo, que prevé una pena de entre 3 y 6 años de prisión. Pero los abogados Alejandro Castiñeira­s y Silvio Piorno, representa­ntes de los papás de Bautista, apuntan a cambiar la carátula a homicidio con dolo eventual, lo cual agrava la pena de 8 a 25 años. Ese cambio ocurrió en el caso de Tomás Núñez Aboy, quien embistió, alcoholiza­do y a alta velocidad, al auto en el que viajaba la maestra Silvia Cabrera, la mató y trató de huir (ver Un caso...).

Es que, en diciembre de 2016, el Congreso votó una ley que endurece

las sanciones para quienes maten al volante.

“Se hace muy difícil probar que hubo ‘intención de matar’ pero al salir a manejar en su estado esta persona sabía que era posible. Tenía los medios para tomarse un taxi y volver a su casa tranquilo y eligió ser irresponsa­ble”, se enoja el papá.

Los estudios toxicológi­cos de Sánchez Villar indicaron que tenía 1,69

gramos de alcohol en sangre, cuando el permitido es 0,5. Además, circulaba a 115 km/h en un tramo de la avenida donde la máxima es de 80. Y no

llevaba puestos sus lentes, una exigencia especifica­da en la licencia de conducir, que le fue revocada al menos hasta que se dicte sentencia.

La defensa del hombre, de 34 años, se aferra al hecho de que Bautista no llevaba puesto el cinturón de seguri

dad. Lo representa Mariano Silvestron­i, uno de los renunciant­es a la defensa del ex ministro Julio De Vido, que hoy comienza a ser juzgado por la tragedia de Once.

La causa está en el Tribunal Oral en lo Criminal 9, a cargo de la jueza Ana Dieta de Herrero. “Esta persona por ahora se negó a declarar y expresó que sólo lo hará al final. Nunca tuvo un gesto hacia nosotros. La única que se acercó a mi mujer el lunes, durante la audiencia, fue su mamá, quien le pidió perdón llorando. Pero no es a ella a la que le correspond­e pedir disculpas”, expresa Gastón.

El padre de Sánchez Villar también estaba en la sala. Los familiares de Gastón y Lorena los acompañaro­n afuera. Además de los papás, el día del accidente estaba Santiago, hermano mayor de Bautista, quien iba en un micro metros adelante. El plan aquel día era acompañarl­o a él a un torneo de taekwondo.

No llegaron. Y Santiago perdió mucho más que una competenci­a. “Mami, quiero tener un hermanito”, le dijo a Lorena un tiempo atrás. “Pero vos ya tenés un hermanito que está en el cielo”, contestó ella. “Pero no puedo jugar con él”, retrucó el nene. Ahora es el guardián de Mía, de siete meses, quien ayuda a sonreír de nuevo a los Jara. Pero también es quien jamás se va a olvidar de la sonrisa de Bautista.

 ?? EMMANUEL FERNÁNDEZ ?? Reclamo. Valeria, Lorena y Gastón, la tía, la mamá y el papá de Bautista, el nene que murió en el choque de 2014. El adulto de las fotos es el conductor acusado.
EMMANUEL FERNÁNDEZ Reclamo. Valeria, Lorena y Gastón, la tía, la mamá y el papá de Bautista, el nene que murió en el choque de 2014. El adulto de las fotos es el conductor acusado.

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