Con el gen de entrenador desde que transitaba la raya
Guillermo Barros Schelotto se consolidó en Gimnasia con el Vie
jo Timoteo de DT y el Profe Valdecantos de PF, ganó todo en Boca con el Virrey Bianchi y ha compartido sobremesas largas con el
Flaco Menotti: el Mellizo se nutrió de diversas escuelas para modelar estilos de juego y conducción. Se recibió de entrenador con honores en Lanús, donde conquistó la Copa Sudamericana 2013 y, en ese mismo semestre, peleó el título local hasta la última fecha. Y se graduó en Boca, donde las exigen- cias se multiplican. Él y su hermano Gustavo tienen un saber general y conocen hasta el mínimo detalle sobre las particularidades del ambiente futbolero. Guillermo, Diego Cagna -hoy en San Martín de Tucumán- y JR Riquelme eran los que más fútbol veían en las concentraciones xeneizes. Y los que más le preguntaban al cuerpo técnico. El módulo táctico favorito de Barros Schelotto es el 4-3-3, con laterales que acompañan, volantes de buen manejo y delanteros capaces de presionar la salida rival, pero contem- pla variantes. De hecho, un eventual segundo regreso de Carlos Tevez habilitaría la reposición del 4-2-3-1 con el cual jugó una porción del segundo semestre 2016. Durante su año y medio de técnico en el club donde brilló durante una década como delantero, Guillermo potenció a muchos jugadores y reparó en algunos que, pese a las dudas instaladas, el veía muy aptos para vestir la camiseta azul y oro. Darío Benedetto es el ejemplo más contundente.