Clarín

Bajo un gran hermetismo, llegó a Esquel el nuevo juez del caso Maldonado

Arribó en dos vehículos junto a colaborado­res. Expectativ­a por las primeras medidas que tome en la causa.

- Guido Braslavsky gbraslavsk­y@clarin.com Colaboró: Carlos Guajardo

Fueron 638 kilómetros, de la costa a las montañas de Chubut, horas de viaje como para reflexiona­r sobre la causa judicial más importante que le ha tocado toca encarar como juez Federal desde que fue nombrado en junio de 2016, hace poco más de un año. El nuevo magistrado designado para esclarecer la desaparici­ón de Santiago Maldonado, Gustavo Lleral, llegó anoche a Esquel junto con su equipo, tras haber partido de Rawson alrededor del mediodía, según confirmaro­n a Clarín asistentes desde su despacho.

Lleral se trasladó en dos vehículos particular­es -uno el suyo propio- junto con los integrante­s de su juzgado: los secretario­s Gustavo Fabián Latorre y Leonardo Jorge Barzini, el prose- cretario interino Juan Carlos Araujo y el escribient­e interino José Daniel Scocco. Todos se instalarán en Esquel el tiempo que dure la investigac­ión.

Desde que la Cámara de Apelacione­s de Comodoro Rivadavia lo puso al frente del caso Maldonado el viernes pasado tras decidir aceptar la recusación del juez Federal de Esquel, Guido Otranto -pedida por la familia Maldonado-, Lleral se movió en el más completo hermetismo. Quienes lo conocen dicen que es su estilo, y en esta causa de extrema sensibilid­ad y alcance nacional. La desapari- ción de Maldonado atraviesa la campaña y genera acusacione­s cruzadas entre Gobierno y oposición.

Llera no pasó por el edificio del Juzgado Federal en 25 de Mayo y San Martín, en pleno centro esquelense, donde en el último piso se le acondicion­aron oficinas. Por la tarde hubo una fuerte custodia de la Policía Federal -efectivos que son enviados desde Buenos Aires-, pero ya es postal cotidiana desde que hubo incidentes en las primeras declaracio­nes de gendarmes e incluso la toma del Juzgado varias horas por un grupo de mapuches en protesta contra el juez Otranto.

Sigue siendo un misterio dónde vivirá el juez. Se sabe que la Justicia Federal le buscaba una casa para alquilar, y mientras tanto, se especuló con que se quedaría provisoria­mente en un alojamient­o turístico lejos del centro de Esquel. Incluso se mencionó Trevelín, una pequeña localidad de 9 mil habitantes 23 kilómetros más al sur. Lleral, titular del juzgado 2 de Rawson, fue nombrado con “dedicación exclusiva” por 60 días para investigar la desaparici­ón de Maldonado.

El juez pareció empezar con el pie derecho: el lunes se comunicó con la familia Maldonado para expresarle­s su voluntad de “llegar a la verdad” de la desaparici­ón, ocurrida el 1° de agosto en el desalojo por parte de la Gendarmerí­a de un corte que hacían miembros de una comunidad mapuche en la ruta 40, unos 100 kilómetros al norte de Esquel. La familia valoró su “gesto de profunda calidez humana”, y renovó esperanzas.

Se estima que el magistrado entrará hoy temprano a su nuevo despacho y hay expectativ­a por las primeras medidas. Que mostrarán hacia dónde direcciona la causa, y si profundiza la investigac­ión sobre la Gendarmerí­a, a la que los Maldonado, el CELS, y testimonio­s de los mapuches que estuvieron en el corte acusan de haber reducido a Santiago para luego llevárselo en una camioneta, sin que se lo volviera a ver.

El juez Otranto tenía como principal hipótesis que Santiago se había ahogado en el río Chubut, lo que le valió duras críticas y el pedido de recusación.

A Otranto le quedaron varios testigos sin citar. Gendarmes, pero también mapuches que “recuperaro­n” sus tierras ancestrale­s en lo que hoy es parte de una inmensa estancia de los Benetton, y asentaron la comunidad Pu Lof en Resistenci­a, origen de todo este conflicto, a lo que se suma que el lonko (líder) Facundo Jones Huala está en la cárcel a la espera de un juicio de extradició­n a Chile. Los mapuches no tienen voluntad, según expresan, de declarar ante “un sistema de Justicia que no es nuestro”. Maldonado estaba con ellos porque apoyaba su lucha, cuando desapareci­ó. ■

 ?? EMMANUEL FERNÁNDEZ ?? Custodia. Un policía vigila ayer, la entrada del Juzgado de Esquel. El nuevo masgistrad­o compartirí­a el edificio con Otranto.
EMMANUEL FERNÁNDEZ Custodia. Un policía vigila ayer, la entrada del Juzgado de Esquel. El nuevo masgistrad­o compartirí­a el edificio con Otranto.

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