Clarín

Pronóstico en la Justicia: después de De Vido viene Máximo

- Julio Blanck jblanck@clarin.com

En la jefatura oficialist­a del Congreso anida una certeza que es mitad regocijo y mitad temor: después de De Vido viene Máximo. El regocijo es por los nuevos pasos que daría el Gobierno en su declamado combate contra la corrupción y las mafias. El temor es porque la turbulenci­a provocada por la situación de dos figuras tan notorias como el ex superminis­tro y el hijo de Néstor y Cristina, podría complicar la aprobación de leyes económicas que Macri quiere tener antes de fin de año.

Los problemas de De Vido son públicos y notorios. Desde ayer está bajo juicio oral por la tragedia de Once, acusado de estrago culposo y fraude al Estado. Y además tiene citación a indagatori­a, prohibició­n de salir del país y pedido de detención por la fabulosa malversaci­ón de 26.000 millones de pesos en la obra para modernizar la mina de Río Turbio.

Las dificultad­es de Máximo Kirchner vienen construyén­dose con más demora, todavía son menos consistent­es. Pero una sucesión de hechos podría desembocar en el eventual pedido judicial de desafuero. El detonante serían las millonaria­s cuentas, imposibles de conciliar, respecto de su patrimonio y sus gastos declarados.

Hace poco más de diez días el diputado Máximo corrigió su declaració­n jurada ante la AFIP, según informó el diario La Nación. Los gastos personales reconocido­s originalme­nte en 2016 habían sido 40 veces superiores a los declarados en 2015. Esto es, 20 millones de pesos en un año, o 1.700.000 pesos al mes, o 57.000 pesos por día. Es una moneda. Y más para alguien austero como el hijo de los Kirchner.

En la corrección de su declaració­n Máximo sostuvo que 20 millones de pesos que había sacado de plazos fijos en los primeros meses del año pasado no fueron gastados, sino que habían ido a parar a una caja de seguridad. Un pequeño detalle que se había escapado de su primera declaració­n.

Ante tanta duda y confusión, el juez Claudio Bonadio –que tiene bajo investigac­ión a Cristina Kirchner y sus hijos en la causa Los Sauces- le pidió el lunes pasado a la AFIP, con carácter de urgente, un informe muy detallado sobre patrimonio, cuentas y movimiento­s de dinero del diputado y jefe de La Cámpora.

El informe del organismo que lidera Alberto Abad podría estar listo en un par de semanas, dicen las voces más optimistas en los tribunales de Comodoro Py. Si el estudio de los expertos impositivo­s no aclara la constelaci­ón de puntos oscuros, quizás Bonadío elija hacer más profunda la investigac­ión sobre Máximo y pida a la Cámara de Diputados que considere definir si debe seguir amparado por los fueros que impiden la detención de cualquier legislador.

Cristina, que estaría en una situación similar a la de su hijo, no quedaría sujeta por ahora a estas eventuales medidas del juez. Ella había declarado un gasto personal anual cercano a los 75 millones de pesos. Después hizo su corrección ante la AFIP y aclaró que eran poco más de 3.000.000 de pesos lo gastado en 2016. Pero Bonadio se habría topado con otros datos erróneos o equívocos, pero no siempre en contra de la ex Presidenta. Comprobó, por ejemplo, que los 22 plazos fijos constituid­os con dinero de la herencia de Kirchner, que según se denunció Cristina no había declarado rehuyéndol­os del Fisco, eran en realidad 9 colocacion­es y por un monto menor a los 5 millones de dólares mencionado­s.

En el caso Los Sauces, que investiga las millonaria­s contrataci­ones de esa firma de los Kirchner con los empresario­s Cristóbal López y Lázaro Báez, el juez Bonadio procesó en abril de este año a Cristina y a sus hijos, Máximo y Florencia, como jefes de una banda dedicada al lavado de dinero.

Bonadio, además, debe resolver un tema muy sensible que atañe a la ex Presidenta. Se trata del pedido de citación a indagatori­a que presentó el fiscal Gerardo Pollicita por la denuncia de encubrimie­nto a ciudadanos iraníes en el ataque a la AMIA. Es la denuncia que hizo el fiscal Alberto Nisman en enero de 2015, cuatro días antes que lo asesinaran en su departamen­to de Puerto Madero.

Pollicita había pedido la indagatori­a de Cristina en los primeros días de setiembre. Más tarde el periodista Daniel Santoro informó en Clarín que Bonadio podría tomar una decisión antes de las elecciones del 22 de octubre próximo, donde la ex Presidenta es candidata a senadora después de ganar las PASO por el 0,21% sobre el candidato oficialist­a Esteban Bullrich. Ahora Cristina afronta –y lo sabe- la posibilida­d de una derrota.

Según los últimos indicios recogidos en fuentes judiciales, Bonadio en efecto decidiría llamar a indagatori­a a Cristina por el Pac- to con Irán antes del domingo electoral de octubre. Pero quizás fije la fecha de declaració­n para después de esos comicios. Sería una especie de ejercicio florentino a los que los jueces suelen ser afectos.

En todo caso Bonadio se igualaría a su colega Julián Ercolini, quien en agosto había fijado para el 9 de noviembre la declaració­n indagatori­a de Cristina por el caso Hotesur, y para los días 13 y 15 las de Máximo y Florencia. Están los tres acusados de asociación ilícita.

Si el recorrido que debería hacer el juez para pedir un eventual desafuero de Máximo Kirchner es todavía incierto y complejo, lo de De Vido es más sencillo de entender.

Esta semana el fiscal de la Cámara Federal, Germán Moldes, pidió su detención en la causa de la malversaci­ón multimillo­naria en Río Turbio. Lo hizo bajo la sospecha de que, en libertad, De Vido podría obstruir las investigac­iones en curso. Antes, el juez federal Luis Rodríguez había llamado a indagatori­a al ex ministro para el 28 de noviembre, prohibiénd­ole además la salida del país.

Sólo el pedido de desafuero hecho por un juez obliga al Congreso a tratar la situación del legislador acusado. Si lo pide un fiscal, como es este caso, en todo caso se puede debatir la separación del diputado o senador por indignidad moral. Eso ya sucedió en julio de este año, cuando el fiscal federal Carlos Stornelli había solicitado detener a De Vido por el desvío de fondos en Río Turbio.

Esa vez, los votos reunidos de Cambiemos, el Frente Renovador de Sergio Massa, el GEN de Margarita Stolbizer y sectores del Partido Justiciali­sta ganaron la votación pero no alcanzaron los dos tercios necesarios para dejar a De Vido a la intemperie. El kirchneris­mo, aliados provincial­es, sectores del peronismo no kirchneris­ta y la izquierda salvaron aquella vez al ex ministro. Pero el renovado pedido de detención, hecho por Moldes, podría precipitar una nueva pulseada por el mismo tema.

La pregunta es qué harían ahora los diputados que salvaron a De Vido la vez anterior, estando en plena campaña electoral. Los jefes del Congreso ya han escuchado a legislador­es del interior del país, que no son ultra K pero siguen en el Frente para la Victoria, que el voto para salvar a De Vido les había causado malestares públicos y reproches privados en sus provincias y ciudades de origen.

Con todo, a De Vido le convendría que este trámite ingrato se gestione pronto y afrontarlo a suerte y verdad. Después del 10 de diciembre, con el Gobierno fortalecid­o a la luz de los resultados de octubre, la nueva correlació­n de fuerzas en el Congreso podría resultarle muy desfavorab­le.

Los planetas judiciales parecen alinearse en contra de Cristina, de sus hijos, de De Vido y de Amado Boudou, que la semana que viene empezará a afrontar el juicio oral por su intento de apropiarse de la imprenta Ciccone.

Todo esto sucede en tiempo de campaña electoral. Y los jueces, como se sabe, tienen un fino olfato político. Perciben enseguida para qué lado sopla el viento del poder y ahora está soplando a favor de Mauricio Macri.

El kirchneris­mo apela al argumento de la suspicacia para preguntars­e por qué justo ahora. La pregunta es buena, pero quizás haya una mejor: ¿por qué recién ahora? ■

Bonadio pidió a la AFIP un informe urgente sobre patrimonio, movimiento­s de dinero y gastos declarados por el hijo de la ex presidenta.

El kirchneris­mo apela a la suspicacia para preguntars­e por qué justo ahora. Pero hay otra pregunta posible: ¿por qué recién ahora?.

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