Rossi-López, una dupla de oro y la apuesta del Súper TC2000
La categoría más teconológica de nuestro país tendrá su plato fuerte de la temporada el domingo.
Un mensaje vía Twitter que uno envió y el otro vio pero recién respon- dió tres meses después. Una butaca en la que, por la diferencia de altura, uno tendrá que entrenar una buena elongación de piernas para llegar a los pedales. El encuentro no fue fácil y, tal vez por eso, lo viven con una sonrisa. Después de mucho competir en el pasado, Matías Rossi y José María López compartirán el Toyota del equipo Gazoo Racing Argentina en los 200 kilómetros de Buenos Aires del Súper TC2000 del domingo.
Son conscientes de su favoritismo en la prueba -bisagra en la categoría porque entregará 40 puntos al ganador- pero tienen espaldas para manejarlo e incluso para ir por más en el diálogo con Clarín, sentados en una mesa de Zárate que ya no tiene el movimiento del almuerzo de una fábrica pero que atrapa las miradas (y los pedidos de autógrafos) de los empleados de la automotriz que los une. “Con el compañero de equipo que tengo sólo pienso en ir a ganar la carrera. Esa es la realidad”, afirma Rossi, cuarto en el campeonato y a 37 puntos del líder Facundo Ardusso.
Pechito López lo observa; sabe la responsabilidad que tendrá con su compañero mientras, en lo personal, afronta una situación que no pensaba vivir cuando comenzó el año. Tras formar parte del equipo DS Virgin de Fórmula E, del que se desvinculó por “falta de química” con el dueño, y participar con Toyota en el Mundial de resistencia, definirá en las próximas dos semanas su futuro que -cuentaseguirá en Europa. Fue el desafío de “trasladar el espíritu del endurance al Súper TC2000” lo que también lo sedujo para aceptar la propuesta de Rossi.
“Uno no trabaja para uno solo. Lo hace para un equipo y para un compañero porque un error lo va a pagar el otro. Por eso se tiene más responsabilidad en ese momento en el que estás solamente vos en el auto. También puedo transmitir los años en los que corrí acá, en el TC2000 y en el Súper, porque los autos han cambiado pero no tanto y eso hace que me pueda adaptar más rápido que otros invitados que no han manejado, por ejemplo, autos con tracción delantera”, relata López.
Para el cordobés la carrera representará su vuelta al automovilismo argentino desde que corrió por última vez en 2013 antes de embarcarse en una nueva experiencia europea. “Esta vuelta me encuentra muy bien. Era algo que veníamos buscando y que finalmente se pudo dar. Para mí representa volver a Argentina a correr, que es muy lindo, y encima con un equipo súper fuerte. Es diferente a cuando vine la primera vez, hace ya diez años, cuando nadie me conocía porque todo lo había hecho en Europa y tenía todo por demostrar. Hoy estoy en una etapa que, si bien en el deporte siempre hay exámenes, es distinto: la gente me conoce, conozco los autos, tengo más confianza en lo que puedo darle al equipo también. Es una readaptación, más que nada”, explica.
Aunque la confianza es plena en un piloto con las credenciales del tricampeón mundial de Turismo, el Misil Rossi se confiesa y admite qué siente cuando otro corre su auto: “Se sufre, hay nervios honestamente. Estás viendo algo que no ves en ningún otro momento: ver tu auto corriendo. Pero abajo tengo el corazón ahí y soy un hincha más de mi auto”. El domingo, en el autódromo Juan y Oscar Gálvez, será su momento de agitar la bandera por López. ■