Reforma laboral: firmas y sindicatos ya debaten
Podía parecer un contrasentido. Pero mientras en la sala principal del Sheraton un millar de empresarios escuchaban al coach ontológico Rafael Echeverría, quien con un tono de voz que recordaba a Pablo Neruda recitando sus poesías, invitaba a cambiar la manera de actuar; en una sala reservada del primer piso se trataba un tema que en el ambiente de negocios se considera parte de la agenda urgente: cambios en materia laboral.
Allí estaban para ese mano a mano, del lado sindical Juan Carlos Schmid, Julio Piumato y Andrés Rodríguez. Del lado empresario, Cristiano Rattazzi, Guillermo Stanley, Horacio Martínez y Oscar Andreani. “No hubo un solo momento de tensión. Ellos saben que esto se arregla con el diálogo, con cada sector cediendo un poco”, dijo uno de los empresarios .
Consultados por Clarín, Schmid y Rodríguez sintetizaron: “Intercambiamos pensamientos y recibimos opiniones, somos responsables y hemos atravesado un año conflictivo con paro general y movilizaciones. Pero de esto se trata la democracia, no tenemos inconveniente en los acuerdos sectoriales y en cada convenio colectivo introducimos modificaciones propuestas por el gremio. Y cuando hay peligro de inestabilidad de los empleos priorizamos no cerrar las plantas ni suspenderá la gente”.
Cuando esa reunión terminó, en el lobby del hotel el abogado Julián de Diego, que defiende a empresas en temas laborales, contaba que la legislación actual es cuanto menos arcaica, con formas peculiares de contratación laboral, y confesaba que desde la Rosada la habían pedido borradores. Según aseguró a este diario, De Diego presentó borradores sobre 500 artículos que consisten en “reformar las asociaciones sindicales para agilizar la democratización de los sindicatos, otro reglamento para el derecho de huelga, un nuevo régimen de enlace de jóvenes profesionales con las empresas, reformar la ley de riesgo de trabajo para que rija en todo el país, reducir los impuestos al trabajo y, sobre todo, las cargas patronales que son las más altas de América”.
-¿Tiene algún aire con la reforma laboral de Brasil?
-La reforma de Brasil es un parche hecho en un contexto para mejorar condiciones de un país que tiene la mitad de nuestros costos laborales, no tiene nada que ver con nosotros. Nuestra tarea es modernizar sin destruir lo que está construido. Los cambios son irremediables.
Más tarde, llegó al Coloquio el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez. ■