Clarín

¿Por cuántos tipos pondrás las manos en el fuego?

- Alejandro Borensztei­n

Como si no tuviéramos suficiente­s problemas que nos complican la vida, la ciencia acaba de decidir que la medida de peso “kilo” ya no va a ser el “kilo” que conocemos, sino que va a ser algo diferente. Como Cataluña, que quiere ser otra cosa. O como el peronismo que también anda en eso.

El kilo perfecto es un cilindro de platino de 39 milímetros de diámetro y de altura, fabricado en Londres y guardado desde 1889 en la Oficina Internacio­nal de Pesos y Medidas (Bureau Internatio­nal des Poids et Mesures) ubicada en Sèvres, un suburbio de París. Sabrá Dios porque el kilo lo hacen los ingleses y lo guardan los franceses.

Con los años, ese cilindro perdió 10 microgramo­s. Por esta razón, entre el 13 y el 16 de noviembre de 2018, los científico­s se van a reunir en la Conferenci­a General sobre Pesos y Medidas para redefinir otro “kilo”, alterando las relaciones de peso, masa, volumen, etc. etc.

¿Esto cambiará la vida de nosotros, los contribuye­ntes? Lo dudo. ¿Modificará esta Conferenci­a, por ejemplo, el volumen de guita que evadió Cristóbal López? No. Llevemos tranquilid­ad a la gente y aclaremos que la cantidad de tarasca que estos muchachos se encanutaro­n no cambia en absoluto. Pero sí cambia el peso, porque si algo aprendimos durante la década ganada es que la guita se pesa.

Si bien el físico Leo Fariña sostuvo que un palo verde pesa 1,1 kilogramo, las autoridade­s de la Reserva Federal de los EEUU, que estaban viendo el programa de Lanata, aclararon que un palo verde pesa 10 kilos. ¿Acá termina la historia? No, acá empieza.

Imaginar un palo verde es fácil. Hemos visto en el cine hasta el cansancio ese portafolio de tapa rígida negra, con las dos trabas plateadas que al abrirse te corta el aliento.

Hasta ahí vamos bien. Pero, ¿qué volumen ocupan 100 palos verdes?? ¿O 1.000 palos verdes?¿Es un placard lleno de billetes? ¿Una cochera?¿Un monoambien­te? Son dudas existencia­les de una ciudadanía aturdida por la corrupción y el déficit fiscal.

Por eso amigo lector, es fundamenta­l que la Argentina participe de esta Conferenci­a sobre Pesos y Medidas. No sólo porque nos puede ayudar a resolver muchos de nuestros dilemas, sino también por todo lo que Argentina le puede aportar a la ciencia.

Por ejemplo, entre tantas cosas buenas que nos dejó la última década, y que deberíamos aportar a esta Conferenci­a, está el sistema métrico kirchneris­ta que hoy nos permite visualizar con facilidad el tamaño de la guita.

Gracias a José López, ahora sabemos que en un bolso entran 2.000.000 de dólares. Cuando lo agarraron en la puerta del convento, el tipo tenía 9 palos, o sea 4 bolsos y varios fajos sueltos. Según la Reserva Federal, cada bolso con 2 palos pesa 20 kilos. José López no era ningún gil porque 20 kilos es el peso máximo por valija que aceptan las aerolíneas. Como vemos, estos hijos de puta tenían todo pensado.

Siguiendo con el razonamien­to, 100 palos verdes a 2 palos por bolso, son 50 bolsos. Calculá los bolsos que entran en un auto, o en las bodegas de un Chevallier, o en las cintas transporta­doras de los aeropuerto­s y te podés ir dando una idea aproximada de cuánto volumen ocupa la guita, cuánto pesa, donde la pueden esconder y cómo se la pueden llevar.

Pero en algún momento volvés a perder la noción. Por ejemplo, aunque la cifra exacta está discutida, se supone que por las manos de Julio De Vido y sus lapiceras pasaron unos doscientos mil millones de dólares en 12 años. En números es: 200.000.000.000 ¿Cuánto es en bolsos? ¡¡Son 100.000 bolsos!! ¿Se pueden visualizar 100.000 bolsos?? Imposible. He aquí un nuevo desafío para la Conferenci­a de Pesos y Medidas.

Esto se complica aún más cuando vemos la cantidad de personas que últimament­e andan diciendo que pondrían o no pondrían las manos en el fuego por los que toquetearo­n cifras semejantes. ¿Cuántas manos? ¿Por cuántos tipos vas a poner las manos? ¿Hasta cuánta guita que se pudieron haber afanado esos tipos vas a poner las manos en el fuego? Ni Einstein puede contestar estas preguntas.

Mientras la ciencia busca las respuestas, podríamos incorporar el problema al entretenim­iento televisivo.

Falta poco para que termine “Bailando por un Sueño” (si es que no termina mañana por falta de pagos) y conozcamos el resultado final que a esta altura es bastante previsible. No sobre los participan­tes del concurso de baile de lo que no tengo la menor idea, pero sí sobre los empresario­s del programa que, como viene la mano, terminan todos en cana.

El programa ideal para reemplazar el “Bailando” es el “Poniendo”. “Poniendo las manos en el fuego”.

El “Poniendo” sería un programa que aprovechar­ía esta nueva y ridícula manía de andar diciendo que uno pondría las manos en el fuego por tal o cual.

¿Así que vos pusiste las manos en el fuego por el Mono Miniccelli? Ok, vení y ponelas acá, en Canal 13 los lunes a las 22:00. Pero ponelas en serio, sino es muy fácil decir “yo pongo las manos en el fuego por el Pata Medina”.

Lo producimos bien, conduce Tinelli (esta vez hay que garparle) y es un formato simple. Por ejemplo, entra un dirigente que en 2011 puso las manos en el fuego por Boudou, se para frente a la cámara, extiende las manos y se incendia todo, en vivo y en directo. Así aprenden de una buena vez y se dejan de joder con esto de poner las manos en el fuego. Podrían auspiciarl­o Frávega o Garbarino que son los que venden cocinas, estufas eléctricas, planchas, wafleras y otros electrodom­ésticos ideales para quemar manos.

Ya tengo la promo. Por ejemplo, aparece Moreno que esta semana declaró que “hay que poner las manos en el fuego por todos los compañeros” y lo vemos apoyando sus manos sobre una cocina apagada. Mirando fijo a la cámara dice “prendete al Trece” y al toque se prenden todas las hornallas juntas y el tipo se quema vivo. Se incinera como el coyote. No sé el programa, pero la promo es buenísima.

A su vez, esto resignific­aría la famosa frase “no me alcanzan las manos”. ¿Para cuántos chorros no te alcanzan las manos? ¿Cuántos compañeros sospechoso­s de ser chorros se pueden bancar con sólo dos manos?

Dilemas que el Congreso de Pesos y Medidas podría dilucidar para todos los argentinos, y de paso aprovechar para que nos resuelvan otros cuestiones de medidas.

¿Cómo se calcula el peso político de un candidato? ¿Margarita Stolbizer pesa un valor 10? Digamos que sí. Ponéle que Massa también pesa 10. Sin embargo, quedó claro que Margarita + Massa no te da 20. ¿Entonces cuánto en realidad pesan políticame­nte Margarita o Massa? ¿Cuántos tipos de Cambiemos hay que entregarle a Sergio Massa para que devuelvan a Margarita Stolbizer al lugar donde realmente pertenece? Aprovechem­os la Conferenci­a.

¿Y la deuda? ¿Es verdad que ya tomamos casi 100.000 palos verdes desde que llegó el macho a la Rosada?? Son 1.000 toneladas de dólares. Equivale al peso de dos Jumbos 747 cargados a full (397 toneladas cada Jumbo) más dos conventos completito­s. ¿Cuántos kilos de deuda por día vamos a tomar hasta que explotemos como un sapo?

Mejor ni hablemos de cuanto pesa un buen Conurbano. Según los diarios, Mariú reclamó por el Fondo de Reparación y consiguió 400 o 500 toneladas de pesos (dólares y pesos valen distinto pero pesan lo mismo).

Scioli se bancó 8 años con los 650 millones de pesos originales que su Jefa no quiso actualizar­le. O sea, 6 o 7 toneladita­s de pesos. Nada. Son veinte carretilla­s, de las cuales diez segurament­e le chorearon en el camino. Así les fue.

En el fondo, el tema es cuántas toneladas, kilos o gramos de guita estamos dispuestos a ceder, según el volumen que tenga cada uno.

Y sin poner las manos en el fuego por nadie, no sea cosa que nos quememos hasta el upite.

El sistema métrico K hoy nos permite visualizar con facilidad el tamaño de la guita.

El programa ideal para reemplazar el “Bailando” es “Poniendo las manos en el fuego”.

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