Vecinos y turistas armaron una mateada en Playa Bristol contra el audio de la polémica
Fue por un mensaje privado que se hizo viral. También habían convocado a Nordelta, pero no fue nadie.
Entre amargos y churros, se armó ayer por la tarde la mateada en la Bristol para responder al audio viral en el que “la cheta de Nordelta” trata a quienes eligen esta popular playa marplatense de “bestias” y los compara con sus vecinos que -dice- “son de décima categoría”.
Minutos después de las tres de la tarde, bajo un tibio sol y aún soportando un viento con ráfagas muy fuertes del sudeste, un centenar de “bristoleros”, reposeras en mano, bajaron a la playa. “¡Qué ignorancia! Podrá estar muy preparada, pero no sabe nada de nada de lo que es nuestra cultura”, dijo Ricardo, chofer de co- lectivo que junto a sus compañeros “Choqui” Juvenal y Carlos Gallardo, de la zona oeste de Buenos Aires, se sumaron a la movida tomando unos amargos. “Es un símbolo de la amistad la mateada, la excusa para reunirse y pasar un buen rato”, dicen.
La convocatoria, finalmente, fue menor de lo que se podía predecir al revisar las adhesiones que la idea sumó en las redes sociales. Aunque un buen grupo “de gente común”, se juntó al pie de la escollera. “Vinimos hoy, porque en verano es imposible bajar acá. No tenés dónde ponerte, está llena siempre. Por eso vamos a Varese o La Perla”, dijeron Noemí y Liliana, con sus reposeras de caño dispuestas frente al mar. “Y vinimos porque lo que dijo esta supuesta médica es discriminatorio. Que lo piense, pero que por favor no lo diga”.
Con el buen ánimo que genera la playa, los materos se divirtieron alentando con un “Aguante Mar del Plata” y haciéndose selfies.
Aunque no todos estaban tan contentos. “¿Qué pasa que no compran? ¡Vamos! ¿Tenía razón esta mujer? A los churros, churoooo”, caminaba la arena Martín con la canasta de mimbre colgada del brazo, despachando a $ 80 la docena. “Mentira, algunas vendí, pero a la gente le gusta un poco de humor y en la Bristol nunca falta”
En el mensaje polémico se escucha la voz de una mujer que le habla a una vendedora inmobiliaria: “Soy una cirujana, una mujer normal, pero tengo determinados códigos de estética visual y moral”. Y agrega: “No me divierte estar en Nordelta y ver gente con una reposera de Mar del Plata que se va al muelle y toma mate”.
Las convocatorias se hicieron para “matear” en Mar del Plata y Nordelta, pero este último barrio no fue casi nadie. “Yo vivo acá y ellas dos son amigas, de Boulogne. Trajimos a nuestras hijas para la mateada y el día estuvo hermoso, pero la gente no se prendió”, dijo Gabriela. ■