Coca Cola dio marcha atrás y le dijo a Macri que mantiene sus inversiones
El ex vice, preso desde hace 10 días, pidió ser trasladado hoy desde Ezeiza para participar en la audiciencia.
El viernes, la empresa había dicho que cancelaba sus planes de expansión en el país por US$ 1.000 millones. Era en respuesta a la suba de impuestos a las gaseosas prevista en el nuevo plan fiscal. La rectificación llegó ayer por carta desde Estados Unidos al Presidente.
El ex vicepresidente Amado Boudou, detenido desde el viernes 3 de noviembre en la cárcel de Ezeiza, pidió presentarse hoy en el juicio oral por el caso Ciccone, sin saber que ayer Ale- jandro Vandenbroele inició una negociación para acogerse al régimen del arrepentido.
Tanto Boudou como su testaferro están procesados en la causa Ciccone y en la causa por el pago del pago de casi 2 millones de dólares a The Old Fund de parte del gobierno de Formosa de Gildo Insfrán por la reestructuración de la deuda de esta provincia con el gobierno nacional.
Pero la imputación más grave contra ambos es la del juez federal Ariel Lijo quien los imputó de haber inte- grado una asociación ilícita dedicada al lavado de dinero. En esta causa es la que Lijo dispuso la prisión preventiva de Boudou por la posibilildad de que entorpeciera la investigación.
A principios de octubre, Boudou había apuntado en el juicio oral al banquero Raúl Moneta como el responsable financiero del levantamiento de la quiebra de la ex Ciccone Calcográfica, insistió en que no conoce a Alejandro Vandenbroele y se quejó de la “disección” de la investigación que lo puso en el banquillo del juicio oral. Es la coartada que seguramente quedará quebrada tras el arrepentimiento de Vandenbroele.
Mientras, el ex jefe de asesores de la AFIP Rafael Resnick Brenner había dicho que en el organismo recaudador “no se movía un papel sin que (Ricardo) Echegaray lo supiera”, en una forma implícita de vincularlo con el caso.
Durante una extensa declaración indagatoria en el juicio por las irregularidades en el llamado Caso Ciccone, en la que incluso aceptó preguntas de las partes, Resnick Brenner describió cuál fue su rol en las tratativas para el rescate de la imprenta, que según la acusación pasó a la esfera de amigos y allegados del ex vicepresidente.
El ex jefe de asesores aclaró: “No tiro para arriba para tratar de zafar, lo que estoy diciendo es una realidad”, y recordó que cuando estuvo al frente de la AFIP en Salta y Jujuy, cuando resolvía de acuerdo a las particularidades de la región, Echegaray lo llamaba y le “decía de todo”.
“Nada pasaba sin el conocimiento del administrador federal”, insistió Resnick Brenner, en el marco de una declaración que dejó a la Oficina Anticorrupción (OA) al borde de pedir el procesamiento de Echegaray en la causa que aún se instruye en el juzgado de Ariel Lijo, donde se investiga la ruta del dinero que se usó para financiar el levantamiento de la quiebra.
Fue sobre eso que se quejó Boudou, luego de pedir imprevistamente la palabra para hacer su declaración indagatoria, tras explicar que su intervención en la jornada anterior había sido muy breve y limitada a contestar las palabras de otro acusado, Nicolás Ciccone, el fundador de la imprenta.
“Es fundamental que podamos dirimir de quién era la plata que fluyó” para comprar Ciccone, sostuvo el ex vicepresidente, al quejarse de la causa “diseccionada” por la que está siendo sometido a juicio oral.
Boudou está acusado de coimas y negociaciones incompatibles con la función pública, junto a su amigo y socio José María Núñez Carmona, el ex funcionario de Economía Guido Forcieri, Resnik Brenner y el monotributista Vandenbroele, cara visible de The Old Fund, la empresa que intervino en el levantamiento de la quiebra de Ciccone. Fue la ex mujer de Vandenbroele, Laura Muñoz, quien dijo primero que el padre de u hija era el testaferro del entonces ministro de Economía que después acompañaría a Cristina en la fórmula presidencial para 2011-2015. Muñoz fue la testigo que declaró el 7 de noviembre, pero su ex pareja hizo una serie de reservas. ■