Clarín

Macri: “¿Por qué las pymes son buenas y las empresas grandes son malas?”

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Mauricio Macri volvió ayer a desembarca­r en La Matanza, el último gran bastión del kirchneris­mo, y envió mensajes para diversos sectores. Pero especialme­nte, en medio de la discusión con la CGT por la reforma laboral y a horas de que se presentara la reforma tributaria en el Congreso, buscó instalar el debate en torno al rol que el Estado debe tener con el sector privado y planteó: "¿Por qué las Pymes son buenas y las grandes son malas?".

Fue al encabezar la inauguraci­ón del Centro de Desarrollo e Investigac­iones Tecnológic­as de la Universida­d de La Matanza y al cabo de una larga recorrida que realizó junto al rector anfitrión Daniel Martínez; y el referente de Cambiemos en el distrito, el ministro de Educación, Alejandro Finocchiar­o,

En primera fila se ubicó la intendenta peronista Verónica Magario, custodiada de cerca por el secretario general de Presidenci­a Fernando de Andreis.

Macri centró su discurso en la ne- cesidad de apuntalar "la generación de empleo, porque ese es el camino para reducir definitiva­mente la pobreza". Y pidió "diálogo y entendimie­nto" entre el sector público y el privado. Allí, se metió en la discusión por la reforma laboral y abordó el tema de las pasantías, que tanta polémica desató meses atrás. "¿Cómo puede haber distancia entre la universida­d y la empresa?", se preguntó.

Con más soltura que lo habitual, tal vez por la tranquilid­ad que le dio el triunfo en las Legislativ­as, el jefe de Estado redobló la apuesta enseguida. Y abordó otro tema espinoso para su Gobierno. "¿Por qué las pequeñas empresas son buenas y las grandes son malas? No es así. Les estamos dando un mal mensaje a los chicos, que van a incubar que nunca crezcan porque van a pasar a ser malos y realmente no es así: uno es malo si no cumple con la ley, si no respeta a su vecino o si trampea al sistema".

También, aunque con sutileza, Macri lanzó dos dardos por elevación a los K, que también rozaron a Magario. Primero, al destacar el nuevo laboratori­o, dijo que se trata de "una inversión que va a generar valor". Y lo contrastó con otros anuncios que hizo el kirchneris­mo: "Muchas veces se han construido edificios y después adentro no hay nada; y eso tampoco sirve".

Pareció una clara alusión a los hospitales de Laferrere y Rafael Castillo, comenzados durante la gestión K, inaugurado­s por Cristina Kirchner varias veces, y que aún no llegaron a funcionar en plenitud.

Luego, en el final de su discurso, Macri insistió con el despilfarr­o K: "Imagínense si esto de cuidar los recursos se hubiese hecho en cada intendenci­a, en cada gobernació­n, en cada Presidenci­a: hoy todos los argentinos tendrían cloacas, agua potable, pavimento y autopistas".

Magario contestó por anticipado. Antes del acto, le entregó a Macri una carpeta donde se detallan las obras que reclama y el desglose de los más dos mil millones de pesos que, según dijo, le deben la Provincia y Nación.

Esa deuda, sostuvo, correspond­e a obras que financió La Matanza para poder finalizarl­as. ■

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