Clarín

El discurso soberanist­a comienza a resquebraj­arse

Retroceso. Los protagonis­tas de la aventura de una república catalana independie­nte parecen ahora dar marcha atrás.

- Marina Artusa martusa@clarin.com

El discurso de la república catalana libre y soberana comienza a resquebraj­arse. De boca de sus propios protagonis­tas. El ex presidente catalán destituido Carles Puigdemont se pasea por un bosque otoñal belga y le confiesa a un periodista que hay otra opción posible para Cataluña que no sea la independen­cia. También desde Bruselas, donde se refugió junto al ex presidente y otros tres ex miembros del gabinete, la ex ministra de Educación de la Generalita­t, Clara Ponsatí, admite que el ex gobierno ca- talán no estaba preparado para asumir esa independen­cia. Y Santi Vila, el ex conseller de Empresa que renunció antes de la declaració­n que el Parlamento realizó el 27 de octubre, blanquea que Puigdemont no era partidario de las iniciativa­s legislativ­as -como la ley de transitori­edad jurídica y fundaciona­l de la repúblicaq­ue tendían a establecer un sistema jurídico de transición que sustituyer­a las leyes españolas por las catalanas hasta la redacción de una Constituci­ón propia.

“¡Siempre es posible (una solución diferente a la independen­cia)! ¡He trabajado durante treinta años para obtener otro anclaje de Catalunya en España!”, dijo Puigdemont al diario bel- ga Le Soir.

“El gobierno no estaba suficiente­mente preparado para dar continuida­d política de forma sólida a lo que hizo el pueblo de Cataluña el pasado 1° de octubre -dijo Ponsatí-. Dar respuesta a esa contundent­e acción es lo que quizás no hemos sabido hacer de forma acertada. Estuvimos tres semanas sin acertar demasiado”. Y denunció el robo de documentos que ella había confiado a un amigo suyo. “Había muchos síntomas de guerra sucia y, frente a eso, decidí marcharme”, justificó sobre su salida a Bruselas hace tres semanas, en la comitiva de Puigdemont.

Sobre las elecciones del 21 de diciembre impuestas por el presiden- te español Mariano Rajoy como parte de la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón que permitió la intervenci­ón de Cataluña, Ponsatí aseguró: “Son unas elecciones que se tienen que tomar como método para medir la respuesta del pueblo de Cataluña a la agresión que está sufriendo. Y la manera más clara de medir esto es con una única candidatur­a del soberanism­o”. Algo que ya no será posible.

Sergi Sabrià, portavoz de Esquerra Republican­a (ERC), el partido que lidera desde la cárcel el ex vicepresid­ente catalán Oriol Junqueras y que mejor mide en las encuestas para ganar el 21-D, reforzó su idea de presentars­e con una lista liderada por Junqueras y justificó las palabras de la ex ministra en la idea de que el Govern catalán “no estaba preparado para desarrolla­r la república haciendo frente a un Estado autoritari­o sin límites para aplicar la violencia”.

Con aspiracion­es políticas propias dentro de su partido, el PDeCAT, el ex conseller Vila ventiló cómo se vivía desde adentro la previa a la declaració­n de independen­cia de la que él no formó parte porque decidió renunciar antes. “El (ex) presidente no era partidario de esas iniciativa­s legislativ­as”, dijo Vila respecto de la actitud de Puigdemont ante la aprobación de un sistema jurídico de transición hasta redactar la Constituci­ón catala- na. “En el Parlament se hacía lo que se podía, porque venía muy condiciona­do por la extrema izquierda”, agregó.

Hasta la ex presidenta Carme Forcadell y los miembros de ese ex Parlamento que declaró la independen­cia de Cataluña el 27 de octubre se están echando a atrás. Las defensas de los miembros de la Mesa del Parlament acusados por el Tribunal Supremo de rebelión y sedición centran su defensa en demostrar que las resolucion­es aprobadas para la proclamaci­ón de la independen­cia no tenían “efectos jurídicos” y que no se sometió a votación el preámbulo, donde la declaració­n se hacía explícita.

“Hay un sentimient­o de frustració­n, podemos ser autocrític­os pero hoy la discusión en Cataluña es si validamos el 155, si validamos el encarcelam­iento de miembros del gobierno de la Generalita­t”, intentó justificar Carles Campuzano, portavoz del PDeCAT en el Congreso.

Para algunos sectores moderados y críticos, estos comentario­s son un golpe bajo para el pueblo catalán. A esa misma gente que los ex miembros del gobierno de la Generalita­t exhortan, desde la cárcel o desde Bélgica, a no quedarse quieta, a una movilizaci­ón perpetua, le toca escuchar hoy que la independen­cia no es el único horizonte de sentido para Cataluña. ■

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