Trump evita criticar a Duterte, el polémico presidente de Filipinas
El líder filipino ejecuta una cuestionada “guerra contra las drogas” que ya dejó más de 7.000 muertos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio el visto bueno a la polémica “guerra contra las drogas” de su par filipino, Rodrigo Duterte, según la Presidencia filipina, en la primera y esperada reunión entre dos líderes polémicos. Duterte, declarado admirador de Trump, aprovechó el encuentro en Manila para presentarle los logros de su iniciativa, que ha causado más de 7.000 muertos, según algunos datos, y ha reducido el crimen en Filipinas casi a la mitad en menos de un año y medio.
El presidente estadounidense respondió a la exposición del filipino “mostrando su aprobación” con “asentimientos y lenguaje corporal”, indicó el portavoz de Duterte, Harry Roque, tras la reunión a puerta cerrada entre ambos líderes.
La reunión bilateral tuvo lugar en el marco de las reuniones de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), donde participan presidentes y primeros ministros de todo el mundo y que se clausura mañana. La primera reunión entre Trump y Duterte, conocidos por su carácter explosivo e imprevisible, había generado una gran expectativa, ya que varias organizaciones reclamaron al líder estadounidense que recriminara al filipino las violaciones de derechos humanos de la “guerra contra las drogas”.
El mandatario estadounidense, que ignoró una pregunta de los periodistas sobre la campaña antidroga, se limitó a declarar que mantiene con su colega filipino “una excelente relación”. También intercambió bromas y risas con su homólogo local, reflejo de la buena sintonía entre ambos presidentes, que contrasta con el antagonismo entre Duterte y Barack Obama, el anterior inquilino de la Casa Blanca, que había sido calificado de “hijo de puta” por el líder filipino precisamente por criticar su “guerra contra las drogas”.
Los presidentes de Estados Unidos y Filipinas también señalaron la lucha contra el terrorismo del ISIS co- mo una prioridad y Duterte agradeció a Trump la asistencia de Estados Unidos en el conflicto contra los yihadistas en la ciudad sureña de Marawi, finalizado recientemente con un balance de más de 1.100 muertos. Jihadistas filipinos y extranjeros ocuparon parcialmente Marawi entre el 23 de mayo y el 23 de octubre pasados. Al margen de este encuentro bilateral, el presidente estadounidense mantuvo una reunión con los primeros ministros de Australia, Malcolm Turnbull, y Japón, Shinzo Abe, además del primer ministro de India, Narendra Modi, y representantes del bloque de la ASEAN.
Trump, que cerrará hoy en Filipinas una gira asiática que le ha llevado a Japón, Corea del Sur, China y Vietnam, adelantó ayer algunos detalles sobre los avances alcanzados en materia de comercio. Específicamente, aseguró que en su viaje ha logrado ventas para Estados Unidos por valor de 300.000 millones de dólares y prometió reducir “muy rápido y de manera muy sustancial” el déficit comercial que la primera economía del mundo sufre con los países de Asia Oriental. En sus reuniones con líderes de Asia y el Pacífico, Trump también está dando prioridad a la seguridad, en un momento de elevada tensión por las pruebas de misiles de Corea del Norte y sus avances en el programa de armas nucleares. La cumbre de Manila, que concluye hoy y a la que se suma el paralelo Foro de Asia Oriental, incluye múltiples reuniones bilaterales y multilaterales entre Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón, India, la Unión Europea, Rusia, Australia, Nueva Zelanda y la ONU. ■