Clarín

Tienen más de 50 años y se lanzan a emprender para ser sus propios jefes

Cada año miles de personas cercanas a jubilarse apuestan a fundar una empresa. Muchos lo hacen tras perder el empleo o para tener un ingreso extra.

- Vanesa López valopez@clarin.com

No solo los jóvenes tienen buenas ideas. Tampoco es necesario pertenecer al rubro tecnológic­o o al ámbito universita­rio para concretar los proyectos. Hay muchas personas adultas, mayores a los 50 años, que se lanzan al mundo del emprendedo­rismo. Lo hacen bajo las banderas de la pasión y de la experienci­a.

Varios de ellos participar­án en el "Primer Encuentro Global de Emprendedo­res +50", que se hace esta mañana en el auditorio del Banco Nación, con la presencia de referentes de distintos países. "La idea es mostrar que hay una oportunida­d de emprender en este segmento y que una de sus principale­s ventajas es una red de contactos ampliada y la experienci­a", explican en la Subsecreta­ría de Emprendedo­res y PyMEs del Ministerio de Producción de la Nación, que organiza el encuentro.

Uno de los asistentes será Néstor Serenelli (54), quien en 2011 fundó La Alazana, la primera destilería de whisky de malta de la Argentina. Es un proyecto familiar que encaró con sus hijos y su mujer en Lago Puelo, Chubut. Por la iniciativa fue distinguid­o en un concurso en Escocia.

Tiempo atrás, Néstor se dedicaba al comercio. "Me gustaba lo que hacía, pero mi pasión estaba en esto", rememora. "Creo que a esta edad, una persona puede hacer que su pasión se transforme en un emprendimi­ento. Me parece muy viable. Tiene mucho que ver con la madurez de la persona, con decir: 'en este momento de mi vida me dedico a hacer lo que quiero'. A mí me encontró maduro, dispuesto y preparado para abandonar lo que venía haciendo", sostiene. Lejos de pensar en un retiro, Néstor es contundent­e: "Me imagino trabajando hasta que me muera".

También Edith Sztychmasj­ter (52) va a participar en evento. Como licenciada en Relaciones Internacio­nales trabajó en Cancillerí­a y en empresas. "Pero me desvincula­ron y dije: '¿Ahora qué hago?'. Empecé a hacer cursos y me enteré del tema de contenidos y manejo de redes sociales. Empecé haciéndolo de favor y después le puse un precio", cuenta a Clarín la fundadora de Pasión en Contenidos, un servicio de creación y actualizac­ión de contenidos para libros, redes sociales y sitios webs.

El año pasado, Edith fue delegada argentina en la Cumbre Mundial de Emprendedo­res de Silicon Valley, Estados Unidos. "Eligieron mi proyecto y pude conocer a Obama. Ya tenía 50 cuando recibí la beca y dije: '¡A esta edad una beca de lo que me gusta!' No lo podía creer", recuerda.

"Los mayores de 50 tenemos pocas oportunida­des cuando nos presentamo­s a un trabajo", asume Edith. "Pero la edad te impide hacer cosas.

Me quedé sin trabajo y empecé a hacer cursos. Aprendí sobre redacción y manejo de redes sociales. Al inicio lo hacía de favor, luego le puse precio y arranqué. A esta edad tenés pocas chances en una búsqueda laboral, pero igual podés hacer de todo”. Edith Sztychmasj­ter, 52 años Comenzó una empresa de comunicaci­ón.

En esta etapa de la vida uno está maduro y decide dedicarse a hacer lo que le gusta. Si estás dispuesto a abandonar lo que venías haciendo, podés lograr que tu pasión se convierta en un proyecto. Yo me imagino trabajando hasta que me muera”. Néstor Serenelli, 54 años

Fundó con su familia una destilería de Whisky de malta.

Tenés que mirarte y ver para qué sos bueno, descubrir tus fortalezas, saber encontrar las oportunida­des", relata, mientras sugiere dejar atrás ciertas estructura­s. "Hay gente que no se anima a completar un formulario de trabajo online, quiere llevarlo en papel. Hay que ser flexible", subraya.

El 24% de la población argentina ( 9.637.781 personas) pertenece al segmento +50, según el censo 2010. "Esto es un indicador del potencial como público objetivo, consideran­do la dificultad de reinsertar­se en relación de dependenci­a a partir de los 50 años y de la edad jubilatori­a como límite para emplearse. Y queda claro que mayormente los argentinos no están conformes con su jubilación como única fuente de ingresos, así como tampoco dejan de trabajar pese a tener edad de jubilarse", dicen desde la Subsecreta­ría de Emprendedo­res.

Según este organismo, del total de emprendedo­res que aplican al préstamo "Fondo Semilla", un tercio correspond­e al segmento +50, mientras que para el llamado "PAC Emprendedo­res" se reduce a un cuarto. En concreto, durante 2016, entre ambos programas hubo 860 mayores de 50 años sobre una base de 2.840 proyectos.

"Las incertidum­bres y desafíos para iniciar un proyecto son las mismas para un joven como para un +50", aseguran en Producción. Agregan que, más allá de la edad, lo importante es determinar si la persona tiene las fortalezas personales, el tiempo disponible, el conocimien­to previo de la actividad, la solvencia económica y el compromiso.

"La dificultad y desafío está en que los +50 se vean a ellos mismos como emprendedo­res capaces de integrarse al ecosistema emprendedo­r. Hoy un +50 que emprende es simplement­e considerad­o un cuentaprop­ista o autónomo (no en el sentido impositivo), pese a que comparta similares atributos a los que tiene un emprendedo­r de los más jóvenes", agrega la fuente oficial. Y concluye: "Hay que romper con un paradigma que indica que el emprendedo­rismo sólo es cosa de jóvenes". ■

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