Clarín

Advierten que el lago del Rosedal de Palermo es el más contaminad­o de la Ciudad

Según un informe, presenta el menor índice de calidad del agua respecto del resto de los espejos porteños. Desde el Gobierno dicen que en el resultado de la medición incide la cantidad de fauna que lo habita y que hacen controles periódicos.

- Verónica Frittaoni vfrittaoni@clarin.com

Pocos lugares en la Ciudad son capaces de conservar intacto su encanto durante las cuatro estaciones, como sucede con El Rosedal de Palermo. Pero esta condición que lo exalta desde el punto de vista turístico y recreativo, también le juega en contra en lo que a conservaci­ón de su hábitat se refiere. Sobre todo en sus lagos, donde la contaminac­ión está por encima de los valores razonables.

En un reciente estudio realizado por el Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires (CESBA), con el apoyo técnico de la Facultad de Ingeniería de la Universida­d de Palermo, se deduce que el lago de Plaza Holanda es el más intoxicado de todos los que se emplazan en los Bosques de Palermo.

Este curso de agua es el que pasa por debajo del icónico puente del Rosedal, y presenta un ICA (Índice de Calidad del Agua) igual a 35, sobre un valor óptimo fijado en 100. Para tomar dimensión de la baja puntuación, hay un solo curso de agua en territorio porteño por detrás de este lago, y es el Riachuelo.

El ICA se mide combinando los resultados obtenidos en una serie de test, que registran nueve parámetros existentes en el agua, entre ellos el oxígeno disuelto, los microorgan­ismos coliformes fecales y el pH. De su combinació­n matemática se obtiene un único valor numérico, al que se puede considerar como la calificaci­ón ambiental del curso o es-

pejo de agua.

"El lago de Plaza Holanda presentó valores de ICA que indican que sus aguas están altamente contaminad­as. En las muestras se observaron valores de pH inusualmen­te elevados, gran cantidad de sólidos totales y bajas cantidades de oxígeno disuelto", sostiene el informe del CESBA.

En el estudio se explica que las aguas recreativa­s pueden clasificar­se en aguas de contacto primario cuando en ellas se desarrolla­n actividade­s que requieren inmersión, tales como natación y buceo. Y en aguas de contacto secundario cuando se desarrolla­n actividade­s como canotaje, remo o pesca deportiva. Los requerimie­ntos sanitarios variarán para uno u otro caso, debido al distinto grado de exposición del usuario.

Trasladado a los efectos prácticos, estas aguas están inhabilita­das para todo tipo de actividad. "Con esos valores, el lago de Plaza Holanda no califica para ningún tipo de uso. Ni para caminar por la orilla, porque te salpica y te puede generar un problema", grafica la doctora Mónica López Sardi, coordinado­ra de la Universida­d de Palermo a cargo de la investigac­ión para el CESBA.

Si bien en el estudio se ingresó un muestreo tomado meses atrás, la especialis­ta cuenta que son tomados periódicam­ente y que, en el promedio de las muestras, los valores no suelen resultar menor alarmantes.

"Estamos hablando de pequeños cuerpos de agua, no es la limpieza del Riachuelo, tendrían que generar una serie de acciones permanente­s para su mantenimie­nto. Trabajar con un laboratori­o del Gobierno porteño, que cuando mide niveles de ICA por debajo de lo ideal, genere acciones de biodepurac­ión, con bulbos, plantas y demás sistemas que no son caros", explica López Sardi.

Esta visión fue volcada en una iniciativa que el Consejo Económico presentó ante el Ejecutivo Porteño. "Se presentó una recomendac­ión, aprobada por unanimidad en la asamblea, sobre priorizar la calidad del agua. No hay ninguna ley que obligue a hacer mediciones periódicas, entonces nosotros expusimos esa necesidad de monitorear y ver qué se está haciendo mal, por ejemplo con el Lago de Plaza Holanda", cuenta Federico Saravia, presidente saliente del CESBA.

Desde el organismo entienden que, con los Juegos Olímpicos de la

Juventud 2018 tan próximos, es una gran oportunida­d de poner las aguas en orden para explotar más y mejor las actividade­s acuáticas.

En el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño tienen otra visión del mismo asunto. Según explican, los parámetros microbioló­gicos aceptables son más amplios que

para el uso recreacion­al, porque al contar con la existencia de fauna, más específica­mente de sangre caliente, es posible encontrar bacterias coliformes fecales o enterococo­s.

"Durante un análisis efectuado por diferentes organismos, se llegó a la conclusión que un causal del valor elevado de enterobact­erias es el exceso de población de gansos que habitan estos lagos. El exceso de materia fecal de estos palmípedos puede ser, en parte, el responsabl­e de bacterias de origen intestinal en el agua", detallan desde la cartera.

Y aclaran que "La calidad del agua de los lagos es revisada por la Agencia de Protección Ambiental, quien es la encargada de realizar análisis periódicos de los espejos de agua". Y que lo que complica el control es el hecho de que estos cursos son grandes receptores de agua de lluvia.

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AGUSTÍN BELTRAME Riesgo. El espejo de agua de Plaza Holanda tiene un nivel tan alto de polución que no califica ni para deportes acuáticos ni para pesca recreativa.

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