El dilema de atender a la familia, al deporte y al trabajo al mismo tiempo
Como muchos atletas argentinos, Cecilia lleva adelante su carrera a pulmón. Es que aún no es beneficiaria de beca alguna -”Estamos gestionando una con la Secretaría de Deportes de la Nación”, afirma- y como soldado de reserva del Ejército no cobra sueldo, aunque tiene a su disposición las instalaciones y los entrenadores para prepararse para los torneos. Y los viajes a las Copas del Mundo y a torneos internacionales corren por cuenta de la Federación Argentina de Ski y Andinismo y del ENARD.
“Es caro practicar esquí en la Argentina, porque necesitamos varios pares muy buenos. Y si le sumás los costos de las armas para el biatlón, se complica más. La mayoría de los gastos los cubrimos mi familia y yo, pero el apoyo del Ejército, de la FASA y del ENARD son de gran ayuda”, explica.
Se entrena todos las mañanas y a veces también por la tarde, porque no tiene dedicación exclusiva: como técnica constructora, diseña planos desde su casa y aprovecha cada minuto libre para compartir con su hija de 12 años y con su familia.
Al desafío económico se le suma el geográfico. “Nos perjudica mucho el hecho de que estamos desfasados con Europa. En agosto, cuando dejamos de competir acá, allá arranca la temporada. Estaría bueno que todo el equipo pudiera hacer una temporada completa allá, pero no tenemos los recursos. Somos 16 atletas y generalmente vamos tres o cuatro”, relata la rionegrina, pronta a partir hacia el Viejo Continente, con PyeongChang en la mira. ■