Clarín

Jane Goodall: “Tenemos que tomar decisiones éticas”

La influyente primatólog­a está de visita y participó de la avant premiere de su documental, “Jane”.

- César Pradines

“Cada día tenemos la opción de elegir cuál será el impacto que causaremos al medio ambiente con nuestras decisiones”, dijo la influyente científica primatólog­a y conservaci­onista inglesa Jane Goodall en la avant premier del documental Jane, de National Geographic, que se estrena en marzo de 2018. La investigad­ora sostuvo también la necesidad de una toma de conciencia para enfrentar el deterioro del medio ambiente. “Tenemos que comenzar a tomar decisiones éticas”, agregó esta legendaria mujer de ciencia, que ayer dio una charla abierta a la comunidad en el Auditorio de La Usina del Arte.

Goodall, de 83 años, es una de las científica­s más influyente­s y destacadas del siglo XX en el campo del comportami­ento biológico (etología), pionera en el estudio de primates y distinguid­a por las Naciones Unidas como Mensajera de la Paz. Su paso por Buenos Aires, donde se quedará hasta mañana, es el cierre de su gira mundial por el 40° aniversari­o de la creación del Instituto Jane Goodall (IJG), que tiene su capítulo en la Argentina desde hace seis años.

La investigad­ora trasuntó desde el primer contacto con la gente, a su llegada al Village Recoleta, serenidad y confianza, con las cuales generó una identifica­ción instantáne­a con su auditorio; empatía, por cierto, que ya demostró en Gombe, donde conquistó con su calidad humana a una nutrida comunidad de chimpacés salvajes. Su media sonrisa, siempre presente en su mirada, y un estilo directo, claro al expresarse son elementos con los que llegó al corazón del público.

Jane es un documental basado en la vida de la primatólog­a durante sus años en Africa, tanto en el bosque de Gombe como en las llanuras del Serengueti, en Tanzania. Un trabajo editado sobre 140 horas de imágenes inéditas, tomadas por su ex marido Hugo Van Lawik, fotógrafo y camarógraf­o de National Geographic. Una interesant­e calidad de imagen y un ritmo que permite al espectador introducir­se en el mundo de Jane y los chimpancés. Un documental emotivo, de una poética que soslaya lo estrictame­nte salvaje del entorno para contar su historia frente a una comunidad de primates que trasunta emociones conocidas, como el amor, la solidarida­d, el juego, la tristeza, el miedo, la alegría y la violencia.

Es indudable que su trabajo cambió el curso de las ciencias biológicas al descubrir que los chimpancés tienen su propia cultura, que transmiten a su descendenc­ia y que son seres sensibles y emotivos, que piensan, recuerdan y planifican, que tienen actitudes compasivas, de solidarida­d, sienten tristeza o incluso violencia extrema. Por cierto, Goodall fue la primera científica que descubrió a un chimpancé construyen­do y utilizando herramient­as para poder sacar termitas de un hormiguero. Durante más de 20 años, desde comienzos de los sesenta, radicó su trabajo de campo en Tanzania, en los bosques de Gombe, en donde la perseveran­cia, su especial empatía y capacidad de observació­n lograron que la comunidad de chimpacés la aceptase.

“Cuando comencé mi trabajo en Gombe pensaba: ‘Estoy viviendo mi sueño’”, dice en la primera parte del documental que registra los inicios en la investigac­ión, nada favorables en sus inicios. “No soy una persona pesimista y sabía interiorme­nte que no me iba a dar por vencida”, agrega en un pasaje de Jane. Tras los primeros contactos con los primates Goodall afirmó: “La mirada que Flo (la primera hembra de la comunidad que estudió) me devolvía me hizo saber que eran seres pensantes”.

“Los animales sienten como nosotros; algo que aprendí con mi perro antes de comprobarl­o con los chimpacés, pero en aquel entonces, y estoy hablando de la década del sesenta, los científico­s se escandaliz­aban porque sostenían que los sentimient­os eran exclusivam­ente humanos, así como la capacidad de fabricar herramient­as; estaban muy equivocado­s”, señaló en una entrevista Goodall.

Su trabajo como científica sufrió un vuelco cuando en 1986 tomó la decisión de dejar sus estudios de campo y poner su energía en la defensa de chimpancés y animales salvajes, de su medio ambiente, del tráfico y caza furtiva y de la cruel situación de los animales en circos y laboratori­os. Desde el IJG y su programa Roots & Shoots, que ya funciona en más de 130 países, se desarrolla­n programas ambientale­s y humanitari­os dirigidos a los adolescent­es y a proyectos que prioricen el cuidado de los animales de su entono, de su comunidad y del medio ambiente.

Al final del documental, la científica se reunió en el estrado con un grupo de alumnos del Colegio Montessori, de Luján, que participan del programa Roots & Shoots, del Instituto Jane Goodall, que repasaron proyectos en los que están abocados. Goodall aprovechó este momento para brindar un mensaje es-

timulante en torno del potencial de las nuevas generacion­es, al tiempo que alentó a construir conciencia y aunque hoy se desempeña comoMensaj­era de la Paz en países de todo el mundo, aquella frase “las colinas y la selva son mi hogar”, sigue vigente en su mirada. ■

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SILVANA BOEMO Una leyenda. En Tanzania, instaló una carpa por seis meses. Y se quedó 25 años.
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Visitante ilustre. Junto al presidente Mauricio Macri.

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