El acampe kirchnerista en Plaza de Mayo terminó con una misa con Cristina
La ex presidenta participó del homenaje a víctimas de la dictadura. La militancia criticó al Gobierno.
En medio de cánticos de apoyo y críticas al Gobierno de Mauricio Macri, Cristina Kirchner participó ayer del homenaje a los 12 secuestrados de la Iglesia de la Santa Cruz durante la última dictadura, al cumplirse 40 años de haber sido víctimas de un “grupo de tareas” que integraba el ex marino Alfredo Astiz, condenado por crímenes de lesa humanidad.
El acto fue organizado por familiares y compañeros de los secuestrados en el Solar de la Memoria de la iglesia ubicada en el barrio porteño de San Cristóbal para recordar que entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977, represores de la Marina lanzaron una cacería que dio cuenta de Esther Ballestrino de Careaga, Azucena Villaflor y María Eugenia Ponce de Bianco, integrantes del grupo que fundó Madres de Plaza de Mayo; las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet y siete familiares más. Todo el grupo resultó arrojado con vida al mar en los denominados “vuelos de la muerte”.
La misa, en la que Cristina se sacó fotos con los militantes pero se fue sin hablar, marcó el cierre simbólico de un acampe kirchnerista en Plaza de Mayo, que duró 24 horas y que formó parte de la tradicional “Mar- cha de la Resistencia” que se hace todos los años.
Con ventiladores y agua para palear el calor, las Madres de Plaza de Mayo, conducidas por Hebe de Bonafini, acamparon junto a militantes kirchneristas y sindicales. Esta vez, la “Marcha de la Resistencia” se tiñó con consignas de repudio al pedido de desafuero y detención de Cristina Kirchner -solicitado por el juez Claudio Bonadio- y fuertes críticas y advertencias al gobierno de Mauricio Macri.
“Les haremos un 17 de octubre o tsunamis, no sé”, advirtió Bonafini al cierre, tras aclarar que el mensaje de la movilización estaba destinado directamente al Ejecutivo. “Que vea lo que pase, que escuche a los trabajadores y sepa a lo que están dispuestos”, disparó.
La movilización ya estaba convocada para el jueves, pasadas 15.30, bajo el lema “La falta de trabajo es un crimen”. Pero esa misma mañana, tras conocerse la detención del ex secretario Legal y Técnico de Cristina, Carlos Zannini, del ex piquetero Luis D'Elía, y el ex líder de la agrupación Quebracho Fernando Esteche, y el pedido de detención de la ex Presidenta; la protesta se mezcló con la convocatoria a marchar contra las “persecuciones políticas” y “la defensa del Estado de Derecho”.
“Che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina qué quilombo se va a armar”, fue uno de los cantos más repetidos durante las jornadas en las que desfilaron, entre otros, Máximo Kirchner, y el líder de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, quien también fue procesado en la causa por el pacto con Irán.
“Este año es imposible escindir el sentimiento de resistencia de las decisiones judiciales que se están tomando y la necesidad de defender el Estado de Derecho”, aseguró Larroque a Clarín y agregó: “Estamos dispuestos a dar la pelea”.
Ayer, en un clima de feriado y con 34 grados a la sombra, los alrededores de la plaza amanecieron tranquilos. Un puñado de militantes de La Cámpora acampó en el lugar y se turnó durante la noche para no interrumpir las rondas ante la Pirámide de Mayo, mientras en una carpa blan- ca, con sillas y banquetas para apoyar las piernas, Bonafini y otras Abuelas pasaron el rato. “Se turnaron entre ellas pero marcharon toda la madrugada”, aseguraron de la Asociación.
Al mediodía comenzaron a llegar más militantes de distintos partidos y organizaciones. Algunos, con imágenes de la ex Presidenta y remeras con la frase “Yegua, puta, montonera”, que ella misma dijo en una de las entrevistas televisivas. Varios carteles apuntaban directamente al juez que ayer pidió su desafuero y detención: “Bonadio, somos millones, no hay cárcel para tantos”.
La guardia siguió hasta pasadas las 16.30, cuando el diputado electo, Walter Correa, y el secretario de ATE Capital, Daniel Catalano, cerraron la marcha con un discurso.
“A Bonadio, decirle que los trabajadores no tenemos miedo. Al revés, estamos envalentonados. Si él quiere un 17 de Octubre, los trabajadores estamos dispuestos a regalárselo. Si están convencidos de que Cristina tiene que estar privada de la libertad, nosotros mucho más convencidos de que vamos a liberarla”, aseguró furioso, frente a cientos de personas que lo aplaudían.
La militancia se cruzó con turistas extranjeros que con curiosidad filman el espectáculo y familias que participaron. “Pensé que después de los 12 años que pasamos no iba a tener que volver más a estas marchas pero no tenemos justicia, no tenemos derechos. Soy jubilada y tenemos que ayudar a otros amigos que no llegan a comprar los remedios”, aseguró Lidia, en contra de la reforma previsional que impulsa el Ejecutivo.
Desde 1981, las Madres de Plaza de mayo realizaron la Marcha de la Resistencia en reclamo contra el terrorismo de Estado. En 2006, con Néstor Kirchner, la detuvieron considerando que ya no había “un enemigo en la Casa Rosada". Pero con Macri en el gobierno las retomaron. ■