Suárez destrabó un partido chato que se encaminaba a la igualdad
El equipo cordobés rompió la mala racha y ganó luego de tres empates y tres derrotas ante el Globo.
Belgrano se dio el gusto de romper la paridad en el historial con Huracán en Primera (ahora lleva nueve victorias contra ocho) y de romper el hechizo que había empezado después del 3-0 en el Clausura 99 y volver al triunfo tras tres empates y tres derrotas. Si los números son los datos fuertes del partido, es que tanto el local como la visita mostraron poco juego, más allá de la posición que tienen el torneo: Huracán por ahora sigue cuarto y Belgrano se subió al sexto lugar. Eso sí, mientras el Pirata se sigue alejando de a poco de los puestos bajos en la tabla de promedios, Huracán cierra el año con la misma preocupación con la que empezó: tiene los mismos puntos que Tigre y apenas uno más que Vélez.
Marcos Díaz pintaba para figura porque había tapado los únicos dos disparos al arco de todo el partido: el primero a Amoroso y el segundo al chico Sequeira. Pero no pudo, a ocho minutos del final, frenar el remate de Matías Suárez, de lo mejor en el equipo de Pablo Lavallén. El resto de las acciones, intrascendentes. Mucho traslado de pelota y poco juego.
Suárez tuvo que lidiar con la decisión del técnico de ubicarlo como centrodelantero. Una posición que no siente. Por eso se retrasó un poco, de mediapunta, y a veces llegaban Amoroso y Brenner. Pero hasta el ingreso de Tobías Figueroa, Belgrano jugó sin delantero de área. Pero no fue por eso que ganó el equipo local.
Belgrano, si bien había contado con las únicas dos chances claras, se animó a ir a buscar la victoria después de la expulsión de Fernando Coniglio, quien le pegó un codazo en la mandíbula a Federico Lértora. Sucedió a los 26 del segundo tiempo y justo en ese momento el equipo de Alfaro había logrado equilibrar las acciones.
Aunque los 15 minutos finales fueron emotivos, antes todo fue aburrido. Y en la platea del barrio Alberdi sólo se preguntaban quién pagará -el club o Matías Suárez- los 500 mil euros de la sanción de FIFA. Y también hubo un emotivo aplauso a los 44 minutos para los tripulantes del ARA San Juan. ■