“Imagino el autódromo lleno y la chance de ser campeón”
Después de 46 años un Torino -que nunca ganó en el Roberto Mouras platense- puede consagrarse.
Facundo Ardusso está tranquilo. No pierde su caminata pausada ni su sonrisa. Está pendiente del celular pero no se distrae. Tiene una meta, la misma que imaginó desde que dejó el fútbol para convertirse en piloto a los 17 años, hace 12. Sin embargo, no lo soñó. En realidad, por estos días, ni siquiera sueña. Solo se visualiza, algo que lo ayuda a valorar el momento que atraviesa, con la posibilidad de ser campeón de las dos categorías más importantes de Argentina. Mañana espera dar el primer paso con el Turismo Carretera en La Plata.
“Estoy como me ves: retranquilo y disfrutando porque ésto no se da todos los días. Yo no soñé con ser campeón. Y no me desperté después de verme campeón. Cuando me voy a dormir trato de imaginar lo que me puede llegar a pasar. Imagino el autódromo lleno y la chance de ser cam- peón. Y trato de contener las emociones”, explica en su última parada antes de instalarse en el Roberto Mouras.
-Es la primera vez que llegás como líder a la definición de un campeonato. ¿Cómo vivís esa situación?
-Es la primera gran oportunidad de ser campeón. Hablo mucho siempre de las oportunidades y de que hay que aprovecharlas. Espero estar preparado, tanto yo como el equipo. Sabemos que es una carrera muy especial, en la que se resume todo el año que hasta acá es 10 puntos. Ojalá termine así; habrá que concretarlo. -Vos no cambiaste. ¿Pero cómo se contiene al resto?
-Hay gente que me llama emocionada y se me pone a llorar porque tengo la posibilidad de ser campeón. Y tengo que andar conteniéndolos, les hago de psicólogo. Me encuentro con gente que está tranquila como yo, otra que está nerviosa, ansiosa o tensionada, que le tiene miedo al fracaso. Yo los escucho pero no me salgo de mi libreto, que es la tranquilidad y pensar en todas las alternativas. Pienso en que puedo ser campeón y que no se me tienen que subir los humos a la cabeza. También en que puedo no ser campeón pero tener una nueva oportunidad. Estoy manejando la situación. Escucho a todos porque de todos puedo aprender algo.
-¿Cuál fue la clave para llegar a este momento cuando el año arrancó mejor para Di Palma?
-Nuestras peores carreras fueron las primeras cuatro. Y la clave fue mantener la calma cuando un Torino no oficial andaba bien y nosotros no estábamos ni dentro de los diez. También para transmitirle tranquilidad al Renault Sport, que entraba como equipo oficial y el que ganaba era otro. Cuando conocimos el Torino a fondo fuimos el auto a vencer.
Pese a sus buenos resultados el triunfo recién llegó el 29 de octubre. Desde entonces, solo se habla de que un Torino no es campeón desde hace 46 años, de que la marca nunca ga- nó en La Plata y de que Juan María Traverso es el único piloto que consiguió en el mismo año los títulos de TC y TC2000 (hoy Súper TC2000).
“Más allá de la estadística estoy enfocado en la carrera. Los antecedentes marcan, pero no definen nada. Todas las carreras son distintas. Si tuviera que elegir, claro que me gustaría igualar la de Traverso ya que me daría los dos campeonatos”, confiesa. -¿Qué cambió desde el debut? -Entendí el lugar que ocupaba y me lo fui ganando de a poco. Para ganar confianza fue clave el respeto que me tienen mi equipo, mis rivales, la gente. Pero soy el mismo. Lo que a mí me potenció este año es haber tenido un auto que me permita mostrar mi po- tencial. Valgo lo mismo, campeón o no, porque sé quién soy y seré mejor o peor según el auto. Sé que es cíclico: hoy estás arriba y mañana, abajo. -¿Tenés alguna estrategia ahora? -Ojalá gane. Mi idea es enfocarme en hacer una buena clasificación porque la pole serán tres puntos más. Y a la noche miraré dónde están ubicados todos. Es importante tener un auto rápido. Si te quedás, te hacen dos goles en dos minutos o nueve puntos en dos minutos; fijate River. -Entonces cambiarías el título de la Copa Argentina por un triunfo. -Estuve hablando con Scocco. Nos tiramos buenas energías a pesar de que es hincha de Chevrolet. Y no se lo dije, pero olvidate que lo cambio. ■