Ariel Holan El triunfo del miedo
El DT, flamante campeón, renunció por las presiones de la barra de Independiente.
Parecía un fin de año ideal para Independiente: consagración en la Copa Sudamericana, victoria en el clásico ante Racing y la proyección de un 2018 con la Copa Libertadores nueva- mente en el calendario. Sin embargo, para el brindis faltaba un pequeño gran detalle: que Ariel Holan, el padre de la criatura, llegara a un acuerdo con la dirigencia para seguir en el cargo. Pero quedó demostrado, una vez más, que el fútbol es mucho más que 22 tipos detrás de una pelota y que, lamentablemente, esos que lucran con la pasión de otros son los que casi siempre ganan. Holan, finalmente, decidió dar un paso al costado. ¿La razón que desencadenó todo? Aquel episodio del 19 de octubre, cuando la barrabrava de Independiente -con Pablo “Bebote” Alvarez a la cabeza- lo apretó y le pidió dinero.
Si bien las reuniones que el entrenador mantuvo en los últimos días con Hugo Moyano (el presidente del Rojo le ofreció un contrato por cuatro años, con cláusula de salida cada doce meses) hacían prever un desenlace optimista sobre la continuidad de Holan, ayer, el propio DT publicó en su cuenta de Twitter una extensa carta en donde explicó las razones de su decisión de no renovar su vínculo, que se había iniciado a principio de año y terminaba el 31 de diciembre. “Por primera vez en mi vida, la integridad física de mi familia, de alguno de mis colaboradores y la mía propia estuvo en grave riesgo. Una situación que no estoy dispuesto ni a tolerar, ni a convivir y creo que ningún trabajador del club debería aceptar. La esencia del deporte es la pasión con respeto y no para usarlo co- mo pantalla para delinquir”, escribió.
Claro: lo que sucedió el 19 de octubre se mantiene fresco en la memoria del entrenador. Ese mediodía, luego del entrenamiento del equipo y en las horas anteriores a viajar a Paraguay para enfrentar a Nacional por la Copa Sudamericana, Holan -que iba acompañado por su ayudante Javier Telechea- fue interceptado en su auto por otro y por varias motos. De una de ellas se bajó Bebote Alvarez, quien se sentó al lado de Holan y le exigió 50 mil dólares a cambio de apoyo desde la popular. “No te voy a dar nada”, cuentan que respondió el entrenador. La situación, tensa, se extendió por más de quince minutos, hasta que el barra se bajó del auto, aunque no bajó la apuesta: “Esto lo resolvemos acá o en Asunción”, gritó.
Pero la pesadilla no terminó ahí. Tras eso, la familia de Holan también recibió amenazas de la barra, por lo que el entrenador decidió colocar custodia personal para sí mismo, para sus seres más cercanos y hasta para sus colaboradores. Juan Manuel Lugones, el titular de la APreViDe (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte), realizó la denuncia del hecho de oficio, por lo que luego el juez Luis Carzoglio -titular del Juzgado de Garantías N° 9 de la departamental Lomas de Zamora- dispuso la orden de aprehensión para el jefe de la barrabrava del Rojo. Actualmente, Bebote Alvarez se encuentra en la Unidad Penitenciaria de La Plata, tras entregarse a la Justicia el 27 de octubre.
“Siempre he afirmado que Independiente está por arriba de las personas, de los nombres propios. A pesar que el Presidente y la CD me han manifestado su apoyo incondicional para renovar mi contrato, tratando de brindarme todas las facilidades que están a su alcance, mi prioridad absoluta es mi familia y su tranquilidad. Eso no es negociable (...) Es por ello que quiero dejar el camino libre para que el Presidente pueda continuar con la recuperación institucional iniciada y yo dar un paso al costado. Es una decisión muy difícil, que he tomado racionalmente en el seno familiar y es indeclinable”, continuó Holan en su carta. “Es apenas un hasta luego”, le respondió Independiente desde Twitter. La historia, al cabo, encontró un final abrupto que nada tuvo que ver con la pelota. ■