Clarín

La presidenci­a de Perú en juego

Decisión. Hoy el Parlamento peruano vota si lo destituye por supuestos nexos con la constructo­ra brasileña Odebrecht.

- Pablo Biffi pbiffi@clarin.com

El Congreso, con mayoría opositora, decide si lo echa por supuestos vínculos con Odebrecht.

Le ganó la presidenci­a por 41.057 votos en la segunda vuelta de junio del año pasado. Hoy, el futuro del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), está en manos del Congreso dominado por su derrotada, Keiko Fujimori, cuando vote un pedido de vacancia (destitució­n) por ocultar supuestos nexos con la constructo­ra brasileña Odebrecht, la madre de todas las empresas que ha regado de corrupción el continente. Muchos analistas sostienen que la suerte de Kuczynski, un economista liberal de 79 años que en aquel balotaje aglutinó todo el voto y el sentimient­o antifujimo­rista, está echada, ya que la correlació­n de fuerzas en el Congreso le permitiría a la oposición conseguir los 87 votos necesarios (sobre un total de 130) para destituirl­o.

Con todo, y pese a que para que el pedido avanzara hubo 93 legislador­es que votaron a favor, no es seguro que los dos bloques de izquierda (con 10 legislador­es cada uno), parte del APRA y otros partidos menores vayan a mantener la misma posición y sean funcionale­s al fujimorism­o, una vez que escuchen al presidente, quien tendrá una hora para explicar qué tipo de vínculos tuvieron dos de sus empresas con la constructo­ra brasileña Odebrecht cuando fue ministro de Hacienda y primer ministro de Alejandro Toledo.

Paradojas de la política peruana, la propia izquierda que fue clave para evitar que Keiko llegue al poder encolumnan­dose sin fisuras detrás de PPK en aquella segunda vuelta, la semana pasada apoyó el pedido de vacancia, hoy tiene en sus manos el futuro del presidente y puede ser funcional a los deseos de venganza del fujimorism­o.

Un dato no menor, además, es que Kenji Fujimori, hermano de Keiko y el legislador más votado de todo el país, se opuso el pedido de su partido.

Kuczynski sostiene su inocencia (en verdad aún no se le ha imputado ningún delito y si lo hubiera ya habría prescripto), aunque reconoció que su consultora Westfield Capital asesoró a Odebrecht, lo hizo cuando ya se había apartado de la empresa para ser ministro de Hacienda y premier de Toledo entre 2001 y 2006.

Desde que asumió en julio de 2016, Kuczynski debió enfrentar la ofensiva de un Congreso dominado por la derechista Fuerza Popular (FP) de Fujimori, que cuenta con 71 de los 130 legislador­es del Parlamento unicameral. Pero desde la semana pasada quedó en aprietos cuando Odebrecht documentó ante el Congreso que le pagó cerca de ocho millones de dólares a Westfield y a otras dos consultora­s con las que el mandatario tendría algún vínculo. Más que la propia relación, lo que pone en riesgo al presidente es, según la oposición, la “incapacida­d moral permanente” que se deriva del supuesto intento de negar aquellos vínculos comerciale­s. Según Kuczynski, cuando fue ministro dejó la empresa en ma- nos de su amigo chileno Gerardo Sepúlveda, quien en ese lapso hizo contratos con Odebrecht por casi 800.000 dólares sin que existiera algún “contrato” a cambio. Y sobre las otras dos empresas, PPK niega que le pertenezca­n y solo admite que fue consultor de Odebrecht en un proyecto de una irrigación de una vasta zona agrícola. Para Kuczynski, y varios analistas, el proceso es “un asalto al orden constituci­onal” y “un golpe de Estado”.

Si prospera la destitució­n, Martín Vizcarra, actual embajador en Canadá y primer vice presidente, debería asumir hasta 2021, cuando se completen los cinco años del mandato. Si renuncia en solidarida­d con PPK (algo que ayer pareció sugerir) y también lo hace la vice segunda, Mercedes Aráoz, será el presidente del Congreso, el fujimorist­a Luis Galarreta el hombre que asumirá el poder. Pero deberá llamar a elecciones generales en el plazo de un año.

Kuczynski podría seguir el camino de Alberto Fujimori, destituido por el Congreso en noviembre del año 2000 por “incapacida­d moral”, quien está preso desde 2007 por 25 asesinatos y dos secuestros, sentenciad­o a 25 años de cárcel. Alberto es el padre de Keiko, quien le ha reclamado a PPK, sin suerte, que le otorgue un indulto.

En Perú, por el escándalo Odebrecht está prófugo Toledo y preso el también ex presidente Ollanta Humala y su esposa. El dos veces ex mandatario Alan García, y la propia Keiko Fujimori enfrentan investigac­iones de la Fiscalía. No es el caso de Kuczynski. ■

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DPA Problemas. El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski en su despacho, la semana pasada.

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