El Congreso estadounidense aprueba la mayor reforma fiscal en tres décadas
El Congreso de Estados Unidos aprobó finalmente ayer el mayor recorte de impuestos en 31 años, otorgando al presidente Donald Trump la primera gran reforma de su mandato, 11 meses después de asumir el cargo.
El mandatario saludó una “victoria histórica” para el pueblo estadounidense, felicitando a sus socios republicanos, con quienes tuvo una relación con altibajos.
El Senado la había aprobado el martes, pero debido a una pequeña falla de procedimiento la Cámara de Representantes tuvo que volver a sancionarla ayer. De esta manera el Congreso dio luz verde a un esquema que beneficiará generosamente a los ricos y a las grandes corporaciones, y otorgará modestas ventajas a las familias de ingresos medios y bajos.
La reforma tributaria se aplicará a partir de 2018 y dará a la mayoría republicana un fuerte argumento para pedir a los votantes que renueven su confianza en las elecciones legislati- vas del próximo noviembre.
Por ahora, los estadounidenses son escépticos: dos tercios creen que los recortes de impuestos beneficiarán a los ricos más que a la clase media, según una encuesta de CNN, un argumento recalcado por los demócratas desde hace semanas.
Pero “la gente cambiará de opinión”, dijo Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes. A partir de febrero, las deducciones se notarán en los recibos de sueldo. Las familias pagarán en promedio 1.600 dó- lares menos de impuesto a la renta el próximo año, según el Tax Policy Center.
A diferencia de la reforma de 1986, ningún demócrata votó a favor. La mayoría republicana llevó adelante sola este compromiso de la campaña, permaneciendo casi unida pese a algunos roces e intensas negociaciones. Solo 12 de los 239 republicanos en la Cámara de Representantes se abstuvieron, y ningún senador republicano votó en contra.
La reforma fiscal, en concreto, reduce el impuesto a las ganancias corporativas del 35% al 21% y baja la tasa del impuesto a la renta, a un costo de 1,5 billones de dólares para las finanzas públicas durante la próxima década.
Recorta los impuestos para los demás también, pero mucho menos y solo de manera temporal. La deduc- ción estándar aplicada a dos tercios de las familias del país se duplica a 24.000 dólares para parejas casadas, pero ello caduca en ocho años. La deducción de 1.000 dólares por hijo se duplica a 2.000 dólares, con un recorte de hasta 1.400 dólares para quienes deben pocos o ningún impuesto.
La legislación también elimina una parte importante de la reforma al sistema de salud aprobada bajo la presidencia de Barack Obama: la exigencia de que todos los estadounidenses tengan seguro de salud o sufran una penalidad. Es una medida que busca privar de fondos a la reforma de salud, una ambición conocida de los republicanos.
El gobierno argumenta que las empresas usarán el dinero extra para contratar a más trabajadores o aumentar los sueldos, algo que los demócratas califican de falso. ■