Europa prepara sanciones a Polonia por su deriva autoritaria
El bloque activó un mecanismo inédito por el cual Polonia podría perder su voto en las instituciones europeas.
Bruselas, tras un año intentando reconducir al gobierno polaco a través del diálogo, dijo basta y activó un mecanismo inédito en la historia de la Unión Europea que puede terminar con Polonia perdiendo sus derechos de voto como miembro del bloque.
La UE dejó claro su rol como muro contra la deriva populista y autoritaria de sus Estados miembros y como último dique contra líderes capaces de cambiar las reglas de juego para perpetuarse en el poder y aplicar su programa por encima de las leyes.
Así, la Comisión Europea activó ayer contra Polonia el artículo 7.1 del Tratado de Funcionamiento de la UE, que prevé sanciones contra un país del bloque si su gobierno aplica decisiones que vayan contra las libertades civiles y el Estado de derecho.
La medida puesta en marcha es tan extraordinaria que en Bruselas se conoce como “el botón nuclear”. En el año 2000 se estudió para Austria cuando la ultraderecha entró por primera vez en el poder, pero la presión política y diplomática fue suficiente para reconducir la situación política en Viena a través de la salida del gobierno del líder neonazi Jorg Haider.
La decisión que tomó ayer Bruselas se debió a las polémicas reformas del sistema judicial polaco, que para la UE son contrarias al Estado de derecho. Polonia no cambió su postura después de un año de presiones. El vicepresidente del brazo ejecutivo de la UE, el holandés Frans Timmermans, presentó el proceso, que se pone en marcha por primera vez en la historia del bloque y que podría terminar en sanciones económicas y en suspender el derecho de voto a los polacos en las instituciones europeas, dejando así en la práctica al país con su membresía suspendida.
Bruselas debe conseguir ahora que los gobiernos del bloque den su visto bueno. Se abriría un período de tres meses en el que el gobierno polaco podría rectificar mientras se avanza en la aprobación de las sanciones.
Timmermans dijo ayer a la prensa que “desgraciadamente, nuestras preocupaciones se han profundizado. Trece leyes adoptadas (por el gobierno polaco) ponen la independencia judicial en serio riesgo. La mayoría gobernante puede interferir sistemáticamente en el funcionamiento de las autoridades judiciales”.
Las reformas legislativas emprendidas por el gobernante PiS, el partido nacionalista conservador, hacen, según Bruselas, que “una Corte Suprema politizada pueda decidir sobre la validez de los resultados electorales”.
El gobierno polaco reaccionó con el mismo alegato que usó durante el último año. Afirma que todo se limita a un “proceso político”. El primer ministro Mateusz Morawiecki dijo que “Polonia respeta el estado de derecho como el resto de la UE”, pero que la reforma judicial era “profundamente necesaria”. ■