Clarín

“Antes de nacer, mi hija estuvo congelada durante 14 años”

La historia de una nena argentina. Yanina Aquino fue concebida con óvulos criopreser­vados y también fue récord.

- Vanesa López vlopez@clarin.com

En el barrio de San Fernando, Yanina Aquino fue concebida con óvulos que estuvieron criopreser­vados durante 14 años. Ya tiene tres años y va al jardín, es muy inquieta y como le encanta bailar la anotaron en una escuelita de clásico y jazz. "¡Hola!", grita al teléfono mientras su mamá, Mónica Coronel, intenta conversar con Clarín. "Habla un montón y quiere hablar tan rápido que no se le entiende", acota la mujer.

"Ella estuvo congelada 14 años", profundiza Mónica y asegura que de eso no se va a olvidar nunca. "Por suerte salió todo bien, ella nació bien y eso me pone contenta. Uno la ve y se olvida de todo", se enorgullec­e esta ma- má, convencida de que "si tuviera que hacerlo de nuevo, lo haría".

En 1999, Mónica tenía 25 años y no lograba quedar embarazada. Se hizo un tratamient­o de estimulaci­ón ovárica en el Hospital de Clínicas, donde se produjeron 17 óvulos. Luego, en el laboratori­o de Halitus criopreser­varon seis de esos óvulos con una técnica novedosa en ese entonces: el reemplazo del sodio por la colina en el medio de cultivo.

Mientras tanto, Mónica quedó embarazada naturalmen­te y lo tuvo a Nicolás, hoy de 17 años. "La nena sería más grande que el nene, porque me los sacaron antes los óvulos. Y después, a los seis meses, quedé embarazada de Nico", compara.

En 2013 volvió al centro de fertilidad, donde estaban sus óvulos congelados. Inyectaron el esperma de su marido Eleuterio Aquino en los seis óvulos y sólo uno fertilizó. Al tercer día lo transfirie­ron y Mónica quedó embarazada. En marzo de 2014 nació Yanina: pesó 3 kilos y medio. Su mamá ya había cumplido 40 años.

"Al principio tuve muchas dudas. Pero el médico me dijo que iba a ser un embarazo normal, que lo único diferente es que tendríamos que hacer era el tratamient­o y descongela­rlo", sostiene. En este caso, se trató sólo del óvulo, no del embrión -como sucedió en Estados Unidos- y aún hoy sigue siendo la conservaci­ón más extensa de la que se tenga registro. Yanina entró en los Guinness porque batió el récord del mayor período de almacenami­ento de gametos femeninos seguido de un nacimiento de un bebé vivo. "El libro se editó en 2017 y sale a la venta en 2018", cuenta la mamá, impaciente. Porque su familia protagoniz­ó un caso único, aunque en el día a día -insista- lleven una vida "muy normal". ■

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BONETTO Familia feliz. Mónica Coronel junto a su marido y la pequeña Yanina, cuando recién había nacido.

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