Clarín

En el país el tema despierta polémica y existe un vacío legal

- Rosario Medina rmedina@clarin.com

A diferencia de lo que ocurre en los Estados Unidos, donde hay un centro nacional de donación de embriones (NEDC, por sus siglas en inglés) que es público y se hace cargo del congelamie­nto de los embriones donados, en nuestro país cada centro privado define en forma particular con cada pareja qué hacer.

“Siempre preferimos que se done, y muchas parejas aceptan hacerlo porque saben lo que significa pasar por todo esto”, explica el doctor Sergio Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico. Sobre la discusión ética en torno al tema, dice que “la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos sentó posición y dijo que el estatus de persona se adquiere después de la implantaci­ón”.

“En Argentina tenemos una situación compleja en torno a los embriones porque no hay una respuesta desde el ámbito público, que esperábamo­s que se resolviera con una ley y esto no fue así”, explica la doctora Stella Lancuba, vicepresid­enta de la Sociedad Argentina de Medicina Reproducti­va y directora del Centro de Investigac­iones en Medicina Reproducti­va. “Hoy es posible transferir, donar para otras personas o para investigac­ión bajo un protocolo estricto o descartarl­o. Pero debe haber un compromiso del Estado en este tema”, enfatiza.

En concreto, ya se han presentado proyectos de ley en este sentido. Pero todos perdieron estado parlamenta- rio antes de llegar al recinto. Es que, el debate ético en torno al tema es lo que dificulta su tratamient­o. “Es un tema que nadie quiere tocar. Todos los proyectos de ley se caen por eso. El gran punto de discusión es la disposició­n de los embriones congelados”, afirma el doctor Sergio Papier, director médico de CEGYR y presidente del comité ejecutivo de la Asociación Latinoamer­icana de Medicina Reproducti­va.

“Desde el punto de vista jurídico se interpreta que el embrión no implantado no es una persona”, añade Papier. En tanto, el artículo 20 del nuevo Código Civil y Comercial entiende por concepción el plazo que corre entre el mínimo y máximo para el embarazo, vinculando la noción de concepción con la de embarazo.

En CIMER el año pasado realizaron un estudio para analizar la problemáti­ca de los embriones abandonado­s, que según la Sociedad Americana de Medicina Reproducti­va se produce cuando “los padres respectivo­s han perdido contacto luego de 5 años de producido el congelamie­nto”. Lancuba cuenta que el trabajo realizado en 2016 estableció que un 27% de las parejas abandonaro­n embriones en los centros. “El gran problema es que nosotros, los centros, no podemos definir el destino. Entonces continuamo­s con el almacenami­ento a cargo de la clínica. No los descartamo­s hasta que el Estado intervenga, es una conducta responsabl­e hasta que haya un marco regulatori­o”, explica la médica.

En ese mismo trabajo también consultaro­n a los pacientes sobre qué destinos les quieren dar a los embriones, a lo que le 37% respondió que estaría de acuerdo con donarlos para otras parejas y un 40% con donarlos para investigac­ión, en caso de no ser utilizados. “Pero nos está quedando un remanente importante de indecisos y ahí es donde se produce el abandono, ahí es donde se requiere una respuesta del Estado”, enfatiza Lancuba. ■

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