Andrés Calamaro “Príncipe y mendigo”
“Dicen que Luca estudió en los mejores colegios británicos, donde se educan los aristócratas y la clase dirigente. Bohemio y ex convicto de la vida, llegó a las sierras de Córdoba para vivir una vida distinta y quitarse de la “manteca”, el flagelo de su propia generación, peste en las venas. Callejero, MC y natural born leader, llegó a la Argentina (y al rock) justo cuando lo necesitábamos. Alguien tenía que poner en hora los relojes. Traer el viento de Londres, el reggae, Joy Division o Ian Dury. Eso por citar algunas de las influencias de este autentico príncipe y mendigo, con biblioteca que prefería disimular. Con instinto y encanto. Un caballero con callos en las venas y sin demasiadas pulgas. También venía a decir lo que tenía que decir. Quizás quiso cantar en un grupo que le pudiera recordar a la Velvet y al folk punk de los subterráneos de Londres. No sabemos quiénes eran sus amigos en Inglaterra, quizás se mezcló con jamaiquinos para fumar y escuchar reggae, está claro que había visto muchos recitales y sabia qué hacer con un micrófono. Y en el escenario era genio y figura. Siempre con la misma camiseta, capaz del rock sublime o de bajarse a pelear con el publico de las primeras filas si alguien lo estaba fastidiando. A pesar de sí mismo, terminó liderando un grupo de poderío instrumental y habilidades instrumentales. Encontró almas gemelas, gente tranquila de barrio, músicos buenos que le dieron cuerpo al Sumo definitivo, un sonido que escapaba, quizás, de las propias expectativas del propio Luca. Era amable y cálido. Como todos los ex adictos al opio, llenaba los espacios vacíos con licor. Y Luca dejó un vacío improbable de llenar. Sumo es su legado y él mismo (simbólico, humano y existencial), su propio legado también. Sigue faltando “lo que diría Luca”, las cosas como él las hubiera hecho. Una vez viajamos juntos a Mar del Plata, puesto a elegir autobuses elegí el de Sumo: desodorante de ambientes y fumar hasta llegar. Hablamos de música: “Tom Waits es una buena mezcla de Dr. John y Captain Beefheart”. Y cantaba “a capella” con unas guitarras que tiraba Ricardo desde unos auriculares de Rockman. Guardé, sin darme cuenta, aquella grabación hasta que un grabador “se comió” la cinta, varados cerca de la frontera del Uruguay y Brasil... Quiero creer que hubiéramos grabado juntos y mucho, con nuestras maquinas domésticas de grabación. Que hubiera sido un actor importante en mis grabaciones mas destroyer y aventureras.
Luca vive.”