Un mundo como el de hoy, pero con orcos, elfos y hadas
Bright plantea un mundo como el de hoy, pero en el que orcos, elfos y hadas conviven con seres humanos. Daryl Ward (Will Smith) es un policía negro que patrulla las violentas calles de Los Angeles acompañado por Nick Jakoby (Joel Edgerton), el primer oficial orco de la LAPD. Aquí los elfos son la clase alta dominante, los orcos, los desplazados, y los humanos, la clase media. Por eso, nadie quiere a Jakoby en la fuerza. Tampoco Ward, pero empieza a ver que Jakoby tiene más principios que sus colegas humanos, quienes intentan coimearlo cuando la dupla encuentra a Tikka, una elfa que lleva consigo una poderosa varita mágica. La protección de esa vara los llevará a ser perseguidos, tiroteados y golpeados por todas las razas que quieren usar ese poder mágico para su propio beneficio. David Ayer es un director que sabe filmar películas de acción. Más aún, si las escenas transcurren en las calles de Los Angeles (escribió Día de entrenamiento y guionó la primera Rápido y furioso). En Bright reafirma esa condición, aunque se queda algo corto explicando la historia de este mundo de criaturas mitológicas. “Eso fue siempre la historia paralela. La película siempre fue sobre ellos dos (Ward y Jakoby). Y la mitología suficiente para que la gente no se confundiera. ¿Quién sabe?Si hay una secuela, quizás haya más de mitología, pero en realidad, es sobre dos tipos aprendiendo a ser amigos y haciendo lo imposible juntos”, justifica Ayer, que define al filme como un mash up de géneros. “Decidimos hacerla más real, meter algunos de nuestros problemas sociales. Es muy distinta a todas”, cerró.