Clarín

Hay un Kirchner preso en un caso por corrupción

Carlos Santiago Kirchner. Es el primer integrante de la ex familia presidenci­al que llega a la cárcel. Manejaba millones.

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

Hay un Kirchner preso. Es Carlos Santiago, primo hermano de Néstor y Alicia. Como el linaje de esa sangre que llegó a Río Gallegos en 1906, año en el que se estableció en el sur austral el abuelo del ex presidente, Carlos, descendien­te de croatas, suizos y alemanes, este Kirchner (Carlos Santiago) también se destaca por su pasión por los negocios vinculados al Estado. Al cemento. Carlos Santiago Kirchner fue nombrado por su primo como Subsecreta­rio de Coordinaci­ón de Obra Pública Nacional.

Su prima política, la también presidenta Cristina Fernández, lo mantuvo en ese cargo estratégic­o por el que quedó detenido por orden del juez Julián Ercolini, tras un dictamen lapidario que le elevaron al magistrado los fiscales Gerardo Pollita e Ignacio Mahíques.

Carlos Santiago Kirchner es el primer integrante de la familia ex presidenci­al que está en prisión. Estaba procesado en la mega causa del reparto discrecion­al de la obra pública que terminó benefician­do, según determinó la Justicia, a Lázaro Báez y Cristóbal López, quienes a su vez giraban parte de sus ganancias en ese mercado regulado por el Estado a cuentas privadas de sus primos.

La cárcel le llegó porque los fiscales, ayudados por la Unidad de Informació­n Financiera (UIF), detectaron que Carlos Santiago “ha realizado un sinnúmero de maniobras económicas y financiera­s elusivas, tendientes a ocultar parte de su patrimonio y a frutar la posibilida­d de rastreo y recupero de activos”.

Que los fiscales hayan escrito un “sinnúmero” es un decir. Esas operacione­s por fuera de la ley alcanzaron, según los cálculos de los investigad­ores, alrededor de 4 millones de pesos. Los fiscales agregaron que esas maniobras intentaron “sustraer” del alcance de la Justicia esos ahorros millonario­s. El juez Julián Ercolini accedió al pedido de los fiscales y Kirchner (Carlos Santiago), como muchos de sus compañeros de Gabinete, se presentó en los tribunales de Comodoro Py 2002 y se entregó. Pasará navidad en un calabozo. Al cierre de esta edición, la familia K (Cristina, y sus hijos Máximo y Florencia), con situación procesal cada vez más compleja, no había sentado su posición pública sobre las graves acusacione­s de su familiar directo, que además ocupó un puesto clave en el área más cuestionad­a en los doce años de su gestión presidenci­al. La Obra Pública.

Antes de tener injerencia directa en el reparto de miles de millones de pesos en obra pública nacional en todo el país, el primo Kirchner se gana- ba la vida con un comercio modesto.

Su pinturería Pinkar se eleva dos pisos en una de las esquinas de la calle de Río Gallegos que, tras la muerte de su primo, fue renombrada en homenaje al Kirchner que más alto llegó al poder político nacional: Avenida Presidente Néstor Carlos Kirchner.

Para los fiscales y la UIF, las maniobras evasivas financiera­s del vendedor de pintura Kirchner fueron determinan­tes para pedir su detención debido a que son una muestra indubitabl­e de que su tránsito en libertad hasta que llegue el juicio oral donde se lo juzgará por cómo y a quién autorizó, siendo funcionari­o, que ganen licitacion­es y exploten negocios viales que en su mayoría nunca funcionaro­n, “se vieron modifcadas a partir de la incorporac­ión de nuevos elementos objetivos recabados tanto en esa primaria instrucció­n como en una segunda pesquisa sobre el primo millonario.

Por orden del fiscal Policitta, ese caso se mantuvo en reserva. Su carátula dice “Kirchner, Carlos Santiago / infracción del art 303 del C.P”.

Gracias al trabajo de la UIF, al mando de Mariano Federici, los fiscales lograron demostrar que mientras “conforme al avance del proceso penal en su contra”, el primo Kirchner retiraba efectivo de diferentes cuentas bancarias. E incluso de cajas de seguridad que el juez había inhibido en forma cautelar.. ■

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