Clarín

Otro crimen en el Conurbano: matan a tiros a un joven para robarle la moto

Tenía 26 años y lo atacaron motochorro­s, que huyeron sin nada. Antes de morir pidió que llamaran a su papá.

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“Mi gordito, siempre acompañánd­ome a todos lados”, escribió el martes Leila en el Facebook de Gustavo Ariel Albornoz (26), junto a una foto de él con su Yamaha FZ azul y los dos cascos. Ariel, o Ari, como le decían, la acompañaba a todos lados y así unía su gran amor con su pasión por las motos. Especialme­nte por la suya, a la que cuidaba tanto como a su novia. “Yo te amo mucho más mi vida. Yo siempre estoy para vos, sabelo”, le respondió él en la misma red social, a las 18.34 de aquel día. Ninguno sabía que esas dedicatori­as serían, en verdad, su despedida.

Es que Ariel se convirtió en la octava víctima de la insegurida­d en cinco días, en una seguidilla de asaltos fatales que comenzó el fin de semana de Navidad y parece no detenerse. Siete de ellos fueron en el Conurbano y uno en Capital.

Esta vez la tragedia llegó a bordo de otra moto. Ariel salió de su casa, ubicada en Tuyutí al 3800, en Ingeniero Budge (Lomas de Zamora), para ir a la peluquería. Pero a pocas cuadras de allí, en Iparraguir­re y Elcano, dos motochorro­s lo cruzaron para robarle la moto. Al parecer, el joven quiso resistirse al asalto e intentó escapar. Los ladrones le respondier­on con un tiro en el pecho y escaparon sin llevarse nada.

Ariel dejó la moto en la calle y caminó, como pudo, 30 metros hasta que en la esquina encontró a un vecino. Alcanzó a desbloquea­r su celular y le pidió que llamara a su padre para contarle que le habían querido robar. No tuvo fuerzas para más y murió en la vereda.

El vecino igual llamó al papá de Ariel, Gustavo, y le dijo que su hijo había sufrido un asalto y estaba herido. El hombre primero desconfió y pensó que se trataba de un engaño, pero de todas formas fue y llamó al 911. Cuando llegó al lugar encontró a su hijo muerto. También fueron agentes de la comisaría 10° de Lomas de Zamora, que no encontraro­n testigos. Por eso, la fiscal Viviana Giorgi ordenó revisar si alguna cámara de seguridad registró movimiento­s que permitan identifica­r a los asesinos. Anoche aún no había detenidos.

“Creemos que se dio cuenta que lo estaban siguiendo y él siguió de largo y le tiraron sin robarle nada”, dijo a Clarín Vanesa, su tía.

Ariel tenía una hija de 7 años (Maylén) y trabajaba de estampador de prendas. “Estaba un poco bajonea- do porque le había bajado el trabajo”, comentó Vanesa. Según sus familiares, era “un buen pibe, un buen hijo, hermano y nieto”. En las redes sociales, le encantaba mostrar su amor por Leila y los logros de Maylén.

“Mi amooor... Todavía no puedo creer lo que está pasando. ¿Por qué tenía que pasarte esto a vos, mi vida??!!! Teníamos tantas cosas por vivir, tantos planes que cumplir, siempre dijimos que íbamos a estar toda la vida juntos, y ahora ¿qué hago sin vos? Eras mi vida entera, todo hacía por vos y vos por mí”, escribió ayer en Facebook, devastada, Leila. “Más de 4 años juntos mi amor... Todavía no caigo, mi amoor, mi gordito”, expresó la chica. ■

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Últimas imágenes. Gustavo Ariel Albornoz, “Ari”, con su moto. Era su gran pasión.

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