Clarín

Milan se dio el doble gusto de eliminar a Inter y ser semifinali­sta

La entrega innegociab­le del ganador le dio el pasaporte en la Copa Italia. Icardi aportó poco y nada en Inter.

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Bajo el clima frío y por momentos lluvioso de Milán se definió algo más que uno de los semifinali­stas de la Copa Italia. Lejos de imitar y trazar equivalenc­ias con los duelos de otros tiempos, Milan e Inter protagoniz­aron ayer un duelo chato en el que se luchó por demás y se jugó muy poco. Evidencian­do un escaso volumen de juego de ambas partes y con las presencias de Lucas Biglia y Mauro Icardi en el partido, Milan se encontró con una victoria que le otorgó un plus. Al dulce sabor que se experiment­a al saberse ganador del clásico se le agregó una bocanada de aire fresco para el equipo.

Es que luego de haber invertido 190 millones de euros en fichajes a mitad de año (incluido el propio Biglia y Mateo Mussachio), los frutos no fueron los esperados. Y con ese panorama estar en carrera para sumar un nuevo título es sinónimo de esperanza para los aficionado­s y de motivación para los jugadores y cuerpo técnico.

Tras una pobre campaña en la Li- ga de Italia, el DT Vicenzo Montella dejó su cargo. Gennaro Gattuso, un histórico del club que supo representa­r al equipo durante 14 temporadas, se hizo cargo. “Se acabaron las fiestas en el Milan”, anunció cuando asumió como entrenador.

Con esa declaració­n Gattuso bajó todo un mensaje para sus dirigidos, que por lo mostrado ante Inter supieron captar. Al menos desde lo espiritual y desde la entrega innegociab­le. En el debe, Gattuso encolum- na la carencia de asociacion­es en el campo y abusos de arrestos individual­es.

¿Cómo se evidenció aquello? En el marco de un partido trabado que finalizó en los 90 minutos sin goles (no se convalidó uno a Ivan Perisic, de Inter, por posición adelantada gracias a la verificaci­ón del VAR), hubo que acudir al suplementa­rio para conocer al ganador. Y allí Milan supo imponerse. El arquero Antonio Donnarumma respondió cuando fue exigido y los de arriba no claudicaro­n en la búsqueda del gol. Tal fue así que a los 104 minutos de juego Suso, uno de los mejores del partido, enganchó de derecha al medio y lanzó un centro envenenado con la zurda que supo conectar Patrick Cutrone para desa- tar la euforia de medio Giuseppe Meazza.

Del lado de Inter poco fue lo que se vio. Luego del gol bien anulado, una aislada ocasión de Joao Mario que le sirvió Mauro Icardi de cabeza fue lo único que inquietó seriamente al arco de Donnarumma. El capitán y emblema del equipo dirigido por Luciano Spaletti no gravitó en el partido y sólo se hizo tiempo para fastidiars­e por algún balón que no llegó a sus pies.

El silbato final significó el primer gran rugido de Gennaro Gattuso en el banco de los suplentes. La descarga de los jugadores - algunos se dejaron caer en el césped- también reflejó lo que es la actualidad de uno de los clubes más importante­s del mundo.

Ahora Milan se cruzará en partidos de ida y vuelta (por única vez en el torneo) frente a Lazio, que había derrotado el martes a Fiorentina por 1-0. ■

El silbato final significó el primer gran rugido de Gennaro Gattuso en el banco de los suplentes.

 ?? AP ?? El grito. Cutrone va al encuentro de Bonucci en el momento en el que medio Giuseppe Meazza explota de pasión. Ahora Milan irá por Lazio.
AP El grito. Cutrone va al encuentro de Bonucci en el momento en el que medio Giuseppe Meazza explota de pasión. Ahora Milan irá por Lazio.

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