Buscan salvar la ley que otorga nacionalidad a hijos de inmigrantes
El proyecto, impulsado por el Partido Demócrata, provocó una fuerte división en el país.
El primer ministro italiano Paolo Gentiloni retomó ayer el polémico tema del proyecto de ley que reconoce la nacionalidad a los hijos de inmigrantes, el “Ius soli” (derecho de suelo), y defendió su necesidad de aprobarlo, aunque reconoció que el oficialismo carece de apoyo suficiente para hacerlo.
“La simple verdad es que no tenemos los números para hacer aprobar esta ley (en el Senado). No lo hemos logrado. No había dudas sobre su contenido sino certezas sobre la falta de números”, dijo en la rueda de prensa de fin de año, la última de la legislatura.
Gentiloni llamó a retomar su tramitación en el Parlamento que viene. “El futuro se juega sobre nuestra capacidad de no excluir o rechazar” a los hijos de inmigrantes nacidos en el país, dijo. Y señaló: “Quien siembra exclusión recoge odio. Hay un interés en términos de seguridad, no sólo por avanzar en un principio humano”.
El proyecto de ley para introducir el “derecho de suelo” es una de las normas más polémicas del último año ya que pretendía conceder la nacionalidad a cerca 800.000 niños nacidos en el país de padres extranjeros. Los italianos están completamente divididos sobre esta ley. En algunos sondeos, incluso, los contrarios superan el 60 %.
La iniciativa, promovida por el oficialista Partido Demócrata (PD), fue aprobada en la Cámara de Diputados en 2015. El texto puntualiza que para que los nacidos en el país obtengan la nacionalidad italiana es necesario que uno de los dos padres tenga un permiso de residencia indefinido.
Además, el proyecto introdujo la llamada “ius culturae” (derecho cultural) que da la posibilidad de conse- guir la nacionalidad italiana a los niños extranjeros menores de 12 años que han ido al colegio durante al menos cinco años consecutivos. Para los niños que han llegado a Italia después de los 12 años, la norma preve que se hayan acumulado seis años de residencia en el país y la asistencia al menos a un ciclo escolar.
Pero mientras que en la Cámara de Diputados el PD tiene mayoría, en el Senado debe que contar con los votos de sus aliados en la coalición gubernamental, quienes dejaron claro que no votarían la ley.
A esto se suma que Italia ya transi- ta un virtual tiempo de campaña electoral, por lo que, antes de aprobar una ley controvertida como ésta, los parlamentarios prefirieron faltar a las sesiones para no tener que debatir sobre sus contenidos.
Muchos senadores adelantaron incluso sus vacaciones, eludiendo así el debate. No sólo se ausentaron los representantes de los partidos del centroderecha y los del Movimiento 5 Estrellas (M5S), sino también una parte del Partido Demócrata. Ahora hay que ver si el proyecto vuelve a formar parte del programa político del próximo gobierno. ■