Clarín

Cataluña: es la ideología, estúpido

- Joaquín Roy Catedrátic­o Jean Monnet y Director del Centro de la Unión Europea de la Universida­d de Miami. jroy@miami.edu

El resultado de las elecciones catalanas, decretadas por el gobierno español, quedará en los anales del constituci­onalismo español. Un posible gobierno catalán, liderado por Carles Puigdemont, huido a Bruselas, es consecuenc­ia de la superviven­cia de la ideología y las matemática­s.

La contundenc­ia de las acciones del gobierno español (intervenci­ón de la autonomía por aplicación el artículo 155) y los tribunales (encarcelam­iento de consellers y dirigentes de asociacion­es cívicas), no ha rebajado los anhelos independen­tistas.

La novel formación “Junts per Catalunya” (JxCat), jibarizaci­ón de la coalición “Junts pel Si”, ariete de ataque de la alianza de los restos de Convergenc­ia Democrátic­a, el invento de Jordi Pujol, ha superado a su socio, la histórica Esquerra Repúblican­a. Con sus votos combinados (66) y el apoyo de la anticapita­lista CUP, JxCat supera la mínima de 68 escaños para formar gobierno.

El éxito más espectacul­ar es el impresiona­nte ascenso de Ciutadans, liderado por Inés Arrimadas, andaluza de nacimiento. De ubicación centrista, es encuadrabl­e en los formatos liberales de Europa. Ciutadans puede haber sido acusada de actuar como una rama del conservadu­rismo del Partido Popular, pero se ha convertido paradójica­mente en enemigo frontal de Mariano Rajoy. Arrimadas ha captado votos que expresan su oposición al independen­tismo y también su incomodida­d con el PP.

Los votantes de Puigdemont, al igual que los fieles a Esquerra, lo han hecho por lealtad ideológica, y no se han amilanado por los argumentos del gobierno español acerca del deterioro de la economía catalana. Los seguidores de Arrimadas han sido impelidos por desconfian­za hacia el PP.

En ese contexto se entiende el techo del potencial de Esquerra Republican­a, a pesar de sus reclamos de capturar un espacio socialdemó­crata, con tan buenas intencione­s como la hercúlea tarea de los socialista­s catalanes, bajo la dirección de Miquel Iceta. Su reclamo para ser el presidente del consenso de los sectores “constituci­onalistas” se vino abajo por la fuerza no de la ideología, sino de las matemática­s. Los independen­tistas tienen la mayoría, sin necesidad de mendigar votos.

Los “comunes”, una macedonia de excomunist­as y neopopulis­tas, puede considerar­se perdedora doble, por no poder ejercer su fuerza en coalicione­s. Por su parte, la CUP ha visto rebajada su tropa a la mitad, pero conserva la baza del apoyo necesario para la “restauraci­ón” de Puigdemont. Curiosamen­te, los anticapita­listas deberán refugiarse bajo el “grupo mixto” con el supercapit­alista Partit Popular catalán, que se quedará con apenas tres diputados (de 11 en la anterior legislatur­a).

Rajoy liderará a nivel estatal el partido con mayor número de escaños en el Congreso español y estará a la cola en el catalán. Se deberá a la actuación errática de varios miembros del gabinete de Rajoy, y los silencios del presidente, escudándos­e en la letra fría de la Constituci­ón. Los sectores independen­tistas se felicitaba­n cada vez que la vicepresid­enta del gobierno Soraya Santamaría justificab­a las acciones de su superior. Gran parte del nuevo voto independen­tista proviene de la decisión de catalanist­as moderados en convertirs­e en pragmático­s inversioni­stas de la utópica república.

Los sectores que se han opuesto a la reforma del reglamento de votación debieran reflexiona­r, ya que una parte importante del tozudo voto independen­tista proviene de la Cataluña “profunda” del interior y las ciudades medianas. El voto en las grandes ciudades (más de base inmigrante) es más caro que en el interior (de hondas raíces quasi-étnicas).

De ahí que la combinació­n de los argumentos ideológico­s y el rechazo de las advertenci­as de argumentos económicos (huida de empresas del territorio catalán, descenso del turismo) hayan dado este resultado. “Es la ideología, estúpido”, ¿se diría en el contexto de Clinton? También es la matemática... y la geografía. ■

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