Se complica el secesionismo catalán: la Justicia rechaza liberar al ex vice Junqueras
Pretendía postularse para formar gobierno dado que Puigdemont continúa refugiado en Bruselas y no regresará
En una decisión que complica al máximo a los independentistas catalanes, enconadamente enfrentados, el líder de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, seguirá en prisión preventiva por decisión del Tribunal Supremo. Hace dos meses que Junqueras está en la madrileña prisión de Estremeras después de que una jueza de la Audiencia Nacional le aplicó la medida cautelar de cárcel sin fianza.
En el proceso contra Junqueras y otros ex consellers (ministros) del defenestrado ejecutivo catalán, la fiscalía los acusa de gravísimos delitos de subversión, sedición y malversación de caudales públicos. Estas transgresiones tienen un severo reproche penal de hasta 30 años de cárcel.
Junqueras, reelegido diputado regional en las elecciones del 21 de diciembre por Esquerra Republicana, se presentaba como una de las caras más probables para encabezar un gobierno catalán ante el hecho de que el otro aspirante a la presidencia de Generalitat, Carles Puigdemont, está refugiado en Bruselas.
En las elecciones, los secesionistas se presentaron por separado. Puigdemont encabezó una coalición, Juntos por Cataluña, mientras que Junqueras lideró a Esquerra Republicana. Puigdemont, en un inesperado auge logró vencer a sus adversarios separatistas tanto en votos como en diputados, aunque las distancias son próximas.
Puigdemont sostuvo durante la campaña que la victoria que lograron los secesionistas en la cantidad de diputados, 66 más otros 4 de los legisladores anticapitalistas, les daba un mandato de mayoría absoluta (68) para restablecer el gobierno destituido por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. “No hay otra alternativa”, repitió el exjefe del ejecutivo. Y continúa proclamándolo todos los días.
Un pacto preelectoral obligaba a las dos fuerzas a consagrar con su voto a la lista separatista más votada. O sea que Esquerra debe apoyar a Puigdemont en la investidura del nuevo presidente de la Generalitat que tendrá lugar el 31 de enero próximo.
El problema es que Puigdemont y cuatro consejeros (ministros) que lo acompañaron a Bruselas se convirtieron en prófugos de la justicia, a la que eludieron al no presentarse ante el Tribunal Supremo.
El ex presidente ha prometido volver pero es totalmente consciente de que en cuanto ponga un pie en España será detenido y enviado a prisión. El pronóstico, según muchos juristas, es bastante sombrío para Puigdemont al que le auguran una larga permanencia en alguna prisión española, como a sus acompañantes.
Esquerra señala que va a cumplir el pacto y apoyar a Puigdemont para que, otra vez, comande la Generalitat. Pero, insisten, debe retornar a España y afrontar las consecuencias ante la justicia. Puigdemont, hasta ahora, se niega en redondo. Para eludir el peligroso retorno ha realizado varias propuestas bastante extravagantes todas rechazadas. Exigió que Rajoy viajara a la capital belga para una “negociación sin condiciones”. Después sus partidarios reclamaron un indulto, descartado porque no hay ninguna sentencia firme que permita el perdón de algún acusado. Ahora sacó de la galera una alternativa imposible. Asumir el cargo de president de la Generalitat en Bruselas en una “ceremonia telemática”, por Internet, que no ha encontrado ningún apoyo en el Ejecutivo español, los tribunales ni en Esquerra. ■