Emigración y exilio, la única vía de escape para dos millones de venezolanos
Los especialistas sostienen que la ola de emigrantes venezolanos no tiene precedente. Muchos buscan refugio en los países de la región.
“Venezuela está perdiendo no solo el petróleo, que ha despilfarrado Maduro y su camarilla, sino que está perdiendo el talento humano más calificado”, dice con pena Antonio Ledezma, en referencia al enorme caudal de estudiantes, técnicos y profesionales que están abandonando el país.
Si bien no hay cifras precisas de venezolanos en el exterior debido a la falta de estadísticas oficiales, el Observatorio de la Voz de la Diáspora Venezolano sostiene que son dos millones de personas. Se basa en datos brindados por institutos de estadística de los países de acogida.
La mayoría busca refugio en Colombia, Chile, Argentina, Ecuador, Brasil, Perú, Estados Unidos y España. Muchos, inclusive, se adhieren a la figura de “refugiados” debido a las condiciones políticas y sociales que deben soportar en Venezuela.
ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, estima que “hay más de 100.000 venezolanos y venezolanas que han solicitado la condición de refugiados a nivel mundial entre 2014 y 2017”. Aclara que “más de la mitad lo han hecho en el 2017”, año en que se agudizó la violencia con la represión de los servicios de seguridad sobre las marchas opositoras, así como la profundización de la crisis económica que derivó en un incremento del desabastecimiento de productos de primera necesidad.
“Es gente que sale a buscar mejores oportunidades. Una de las universidades más prestigiosas de Venezuela, que es la Simón Bolívar, cuenta con docentes que tienen doctorados, posgrados. ¿Sabe cuál es el salario mensual? Seis dólares, seis dólares. Esto da vergüenza decirlo”, sostiene Ledezma. Y agrega: “Esos educadores tuvieron que emigrar y están ahorita en Ecuador o en Bo- livia porque les pagan mejor. Los disputan porque son excelentes educadores”.
La ola masiva de emigrantes no tiene predentes en la historia del país, explica el sociólogo Tomás Páez Bravo, quien asegura que casi un ocho por ciento de la población venezolana vive en el exterior. El fenómeno, alerta, está lejos de acabar. “En los últimos dos años la oleada ha sido masiva. Las estadísticas siempre están por detrás de la realidad, que avanza a un ritmo que asusta”, explica.
Páez Bravo señala que “la emigración como proceso comenzó con el chavismo, en el año 1999”. “El 94 o 95 por ciento de la emigración se ha producido en los últimos 18 años”, dice.
El proceso tuvo varias etapas. “Hay una primera oleada asociada a impactos políticos importantes que impulsaron a mucha gente a irse. Hasta 2011 esa emigración fue sostenida, pero a partir de ese año el fenómeno se disparó porque acabó el periodo de bonanza de Venezuela. Finalmente, en los últimos dos años comenzó una tercera etapa. Hasta el año 2015, cuando hicimos el estudio, el noventa y tanto por ciento de emigrantes tenían un grado académico. En los últimos años se ha diversificado y se ha expandido a gente con menor nivel académico”, explica. A este grupo el sociólogo lo describe como “la oleada de la desesperanza”. “La de la gente que se va porque tiene que resolver el tema de la medicina o de la comida”, apunta.
Para ACNUR, “seguirá aumentando el número de personas que saldrán de Venezuela con necesidades de protección internacional, incluyendo solicitantes en la condición de refugiados, retornados y apátridas”, por eso implementó un programa especial en la región.
“Tenemos médicos en España, físicos, matemáticos regados por todo el mundo. Venezuela está desperdigada por el mundo”, lamenta Ledezma. ■