Clarín

Necesita jugar para que se olviden de su viaje a China

- Marcelo Guerrero mguerrero@clarin.com

Tevez anotó por primera vez en un Superclási­co el 17 de junio de 2004. Era una semi de Libertador­es, de visitante. Cristian Nasuti -hoy zaguero de Olimpo- y Germán Lux -ahora tercer arquero de River- no pudieron evitar el zurdazo goleador de Carlos, cuyo posterior aleteo en el festejó provocó que el actual diputado Héctor Walter Baldassi lo expulsara. Sin el Apache en la final de ida, Boca empató 0-0 con Once Caldas. En la vuelta fue 1-1 y caída por penales.

Tevez jugó su mejor Superclási­co el 11 de diciembre de 2016. Fue por la fecha 13 del torneo argentino, otra vez en el Monumental. Augusto Batalla -cedido a Atlético Tucumán- le facilitó un gol y Arturo Mina-exiliado en el Yeni Malatyaspo­r de Turquía- lo vio de lejos en otro. Esa vez, en la celebració­n, el capitán miró a sus defensores, simuló un cuchillo con los dedos y mordió. Boca ganó 4-2 esa tarde y saltó a la punta. La mantuvo el domingo siguiente y durante todo 2017, sin el ex delantero de Juventus y los Manchester en su nómina.

Una primera apreciació­n es que aquel Tevez era más necesario para Bianchi que este Tevez para Barros Schelotto. Al margen de un inicio prometedor, Franco Cangele parece menos que Cristian Pavón o Ricardo Centurión. El propio Carlitos tenía una velocidad a los 20 años y otra a los próximos 34 (cumple el 5/2).

Una segunda impresión es que el ídolo unánime, el que pasó por amor a Boca de una definición de Champions League con Barcelona en el Olímpico de Berlín a octavos de Copa Argentina contra Guaraní Antonio Franco en el Bicentenar­io de San Juan, debe rendir examen.

No es su jerarquía dentro del campo la que está en cuestión. Es difícil discutir en ese terreno al segundo argentino más influyente en Europa durante este siglo (después de Messi, por si hace falta aclararlo). El debate surge en la propia tribuna xeneize, donde su salida a China molestó como mínimo e hirió gravemente en casos extremos.

Quizás habría que reparar en la naturaleza mayoritari­a del hincha de Boca, un tipo que a veces valora gestos y palabras por encima de goles y títulos. Sólo así se explica que Pierino González, el Cabezón Potente o Blas Giunta, por tomar ejemplos de distintas épocas, hayan sido tan queridos, más allá de la escasa proporción de conquistas para la cantidad de tiempo que permanecie­ron en el club.

Es probable que el estallido de otro gol a Colón, rival en su último partido y primero de este tercer ciclo, silencie muchas opiniones disidentes. Tevez habla poco con los periodista­s pero cuando se larga suele no medir y da títulos para editar un libro, no ya una sección Deportes. En una de sus últimas intervenci­ones cruzó a Riquelme, cansado por las críticas de Román a sus ex/actuales compañeros. No eligió uno fácil para pelearse.

La Bombonera se llenó para verlo caminar junto a su familia cuando vino de Italia, para fortalecer futbolísti­ca y anímicamen­te al equipo de Rodolfo Arruabarre­na. Habrá otra convocator­ia masiva cuando aparezca el sábado 27 de enero, día del probable debut. Y es lógico: la gente renovará su apoyo al equipo líder, de nuevo con Tevez. Como decíamos ayer. ■

 ?? MARCELO CARROLL ?? Aquella noche inolvidabl­e. La Bombonera fue una fiesta cuando volvió, el 13 de julio de 2015.
MARCELO CARROLL Aquella noche inolvidabl­e. La Bombonera fue una fiesta cuando volvió, el 13 de julio de 2015.

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