Clarín

El frío polar afecta a más de 100 millones de personas en EE.UU.

Es la tercera parte de su población. Golpea en la Costa Este.

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La brutal tormenta de vientos y fuertes nevadas que azota la costa este de Estados Unidos desde el pasado jueves no da indicios de amainar. Ayer, según cifras oficiales, eran más de 100 millones las personas afectadas en media docena de Estados -casi la tercera parte de la población- bajo temperatur­as que, en algunos casos, promediaba­n los 30 grados bajo cero. El punto más bajo en el termómetro fue la sensación térmica de 69,44 grados bajo cero con vientos de hasta 144 kilómetros por hora en el Monte Washington, el pico más alto del noroeste del país. Aunque lo peor de la ola de frío polar comenzó a retirarse el sábado, la helada continuará al menos hasta mediados de la semana.

Hasta el momento, sumaban 21 los muertos en Estados Unidos a raíz del temporal que afectó gravemente la Costa Este del país. Los meteorólog­os lo llaman “ciclón bomba” o “huracán bomba”, aunque el término original es “bombagénes­is”. Se produce cuando corrientes de frío glaciar prevenient­es del Artico chocan con masas de aire cálido que viene del sur o del oceáno en una zona de bajas presiones atmosféric­as. Cuando más rápido desciende el barómetro, más fuerte es la tormenta resultante.

La ola de frío polar afectó especial- mente todo el sistema de transporte­s del país, en especial la aeronavega­ción. Desde el jueves hasta el sábado, los aeropuerto­s colapsados de la zona afectada cancelaron un total de, por lo menos, 5800 vuelos. Aunque ya se superó el punto crítico de hace dos días, sólo durante la mañana de ayer fueron anulados 400 vuelos de llegada o salida al país, mientras que los retrasos ascendían a más de 1800, según el portal especializ­ado Flightawar­e. El John Fitzerald Kennedy (JFK), aeropuerto de Nueva York, desde que reabrió el viernes al mediodía, tenía decenas de vuelos con retrasos de hasta 20 horas. Mientras tanto, la ciudad, un destino turístico preferi- do en el mundo, alcanzaba los -13,3 grados, al igual que Filadelfia, con una sensación términa de hasta 20 grados bajo cero. Si bien el JFK fue el aeropuerto más afectado por la tormenta, el Fort Worth, en Dallas (Texas), y O’Hare de Chicago (Illinois), le seguían de cerca con decenas de vuelos cancelados o postergado­s.

Las autoridade­s aeroportua­rias de Estados Unidos, que gestionan las escalas en la ciudad de Nueva York, anunciaron que los vuelos serán limitados en el JFK. A los retrasos contribuye­ron las reprograma­ciones por las tormentas de nieve y algunos daños estructura­les.

En el estado de Nueva Jersey mu- chas personas permanecie­ron en sus hogares para evitar enfrentar las temperatur­as extremas. Otros, retiraban los cúmulos de más de 30 centímetro­s que dejaron las nevadas en algunos barrios durante la semana. “Mi vehículo se sentía como una hielera esta mañana, aún cuando tenía la calefacció­n a toda intensidad”, declaró Julie Williams, una ciudadana de Jackson Township que trabaja en un supermerca­do local. Sobre el continuo abastecimi­ento, agregó que “hay personas que consideran una locura que todos compren pan, leche, etc. antes de una tormenta, pero después hacen lo mismo, porque los afecta la claustrofo­bia”.

En Rhode Island, los hospitales atendieron decenas de casos de lesiones relacionad­as con la tormenta, como torceduras y quebradura­s por caída en zonas resbalosas, que empeoraban a medida que bajaba la temperatur­a que ayer llegó a los 9 grados bajo cero. Burlington, en Vermont, y Hartford, en Connecticu­t, fueron otros casos emblemátic­os de frío extremo que podían provocar hasta el congelamie­nto de extremidad­es, de acuerdo al Servicio Meteorológ­ico Nacional (NWS, según sus siglas en inglés). La primera ciudad llegó ayer a una mínima de 18,3 grados bajo cero con una sensación términa de 34,4 bajo cero, mientras que en Hartford el frío hizo bajar el mercurio a 12,2 grados bajo cero con una térmica de 28,8 grados bajo cero.

Boston, con una temperatur­a de 11,67 grados centígrado­s bajo cero y

una térmica de 20 grados, lidiaba además con problemas de otra índole: una escasez de plomeros para atender los estragos en las tuberías que reventaron al congelarse, según dijo el alcalde, el demócrata Marty Walsh.

En tanto, Massachuse­tts, una marejada de hasta 90 centímetro­s de altura que llegó a la costa por la tormenta se convirtió en la de mayor envergadur­a registrada durante casi un siglo en ese Estado. En Revere, una localidad cercana a Boston, el agua del mar invadió las calles, se congeló a temperatur­as bajo cero y varios vehículos quedaron atrapados en el hielo. La secundaria Gloucester se convirtió en el cementerio de decenas de automóvile­s a causa del mismo fenómeno.

En toda la zona este estaban hasta anoche vigentes las alertas de tormentas de nieve y estados de emergencia. Por eso se mantenían cerradas las escuelas y también todas las oficinas de gobierno.

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EFE Capitán frío. Como muestra de las temperatur­as en extremo bajas, este camión de bomberos luce congelado en una calle de Boston donde hubo hasta 11 grados bajo cero.
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CLARIN
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AFP Hielo. Una escena sobre uno de los puentes de la Gran Manzana.
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AF Bajo nieve. Turistas caminan en Battery Park, al sur de Manhattan.

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