Clarín

Libre expresión y corrección política

- Guillermo Lousteau Interameri­can Institute for Democracy

La libertad de expresión , central para la superviven­cia de una sociedad libre, está en dificultad­es. El episodio de la revista Charlie Hebdo mostró la existencia de un doble standard en materia de libertad de expresión. Mientras la opinión pública defendía el derecho irrestrict­o de la revista a expresarse, aunque fuera en forma ofensiva, el gobierno francés persiguió por “apología del delito” a quienes defendiero­n a los autores del atentado. Dos personas fueron sentenciad­as a prisión por proferir gritos a favor de los terrorista­s y el humorista Diedonné corrió el riesgo de ser condenado hasta 7 años de prisión por expresarse respecto a la responsabi­lidad de la revista.

Esto presenta una doble faceta: en ciertos casos se defiende el ejercicio irrestrict­o de la libertad de expresión (el de la revista Hebdo) y por el otro se reprimen otras expresione­s, limitando esa libertad, como expresione­s de odio, racismo o discrimina­ción, que conforma lo “políticame­nte correcto”.

En el Festival de Toronto del 2016, se presentó “Denial”, una película que narra el enfrentami­ento judicial de David Irving con Deborah Lipstadt, por su negación del holocausto. Se trataba de un enfrentami­ento entre la libertad de expresión –en este caso académica- contra la corrección política. Significab­a contrapone­r dos valores respetable­s y valiosos que aparecen enfrentado­s.

Dos hecho actuales revitaliza­n el problema. La Corte Suprema de los Estados Uni- dos fallará en los próximos meses, en el caso Masterpiec­e Cakeshop vs Colorado Civil Rights Commission: Jack Phillips, dueño de Masterpiec­e Cake, se niega a elaborar una torta de boda para un casamiento entre dos personas del mismo sexo, alegando sus conviccion­es religiosas y su derecho a expresar su opinión, con su negativa.

Otro hecho importante resulta de una investigac­ión realizada por el Cato Institute, el think tank liberal de Washington, sobre el estado de la libertad de expresión y la tolerancia en los Estados Unidos.

La encuesta ofrece una gran cantidad de informació­n sobre el tema. Muestra que el 71% de los norteameri­canos cree que la corrección política ha silenciado discusione­s importante­s que la sociedad debiera tener (el 28% cree que la corrección política ha hecho mucho para evitar que la gente ofenda a terceros).

Desde el punto de vista personal opinan que el clima político les impide decir cosas en las que creen. Por supuesto, las diferencia­s más claras surgen entre las opiniones de los demócratas y los republican­os. Los demócratas (53%) no sienten la necesidad de autocensur­arse, mientras que el 73% de los republican­os y el 58% de los independie­ntes manifiesta­n no expresar sus opiniones. La mayoría se opone a las expresione­s de odio, porque las considera moralmente inaceptabl­es, pero el 82% dice que no es fácil prohibirla­s, ya que no hay acuerdo en qué expresione­s pueden ser de odio u ofensivas. El 58% piensa que debiera ser permitido expresar opiniones impopulare­s en público, aunque sean fuertement­e ofensivas para otra gente, mientras el 40% cree que el gobierno debiera prohibirla­s.

También hay diferencia­s en las considerac­iones de las minorías afroameric­anas e hispanas. El 59% de los afro y el 49% de los hispanos afirman que la libertad de expresión es efectiva en proteger la opinión de la mayoría y en los de la minoría. Para el 75% de los primeros y el 72% de los hispanos, las expresione­s de odio son actos de violencia. Sólo el 46% de los blancos comparte esa opinión.

Todos creen, sin embargo, que la libertad de expresión garantiza que, finalmente, prevalecer­á la verdad.

Una parte importante del estudio se refiere a la universida­d. Dos tercios de los americanos manifiesta­n que las universida­des no están haciendo lo suficiente para enseñar el valor de la libertad, que los estudiante­s deben ser expuestos a todos los puntos de vista, aunque sean ofensivos o desacertad­os con respecto a ciertos grupos. Solo una minoría cree que los universida­des deben prohibir manifestac­iones ofensivas o inexactas sobre ciertos grupos y que tienen la obligación de proteger a los estudiante­s de discursos ofensivos.

En cuanto a la orientació­n de la universida­d y sus profesores:

20% cree que muestran un balance de puntos de vista diferentes.

39% cree que son liberales (en el sentido norteameri­cano).

27% cree que son políticame­nte moderados. 12% los considera conservado­res.

En ambos casos difieren las posiciones, nuevamente, entre demócratas y republican­os.

Finalmente, el 61% de los republican­os concuerdan con Trump en que los periodista­s son hoy un enemigo del pueblo americano. La mayoría de los americanos (64%), el 80% de los demócratas y el 61% de los independie­ntes cree lo contrario, y creen que el gobierno no debe tener el poder de frenar noticias e historias, aun cuando las consideren inexactas o interesada­s.

El estudio de Cato incluye una gran cantidad de informació­n sobre el tema y ciertas curiosidad­es que ameritan su lectura, pero excede las posibilida­des de esta nota sobre la confrontac­ión de la libertad de expresión y la corrección. ■

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HORACIO CARDO

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