Clarín

Por qué Barrionuev­o amenaza a Macri

- Ricardo Roa

La amenaza de Luis Barrionuev­o es una muestra de debilidad, no es una muestra de fortaleza. Lo que dijo sin decirlo expresamen­te es que el Gobierno la va a pasar mal si continúa investigan­do a los sindicalis­tas y hasta puede irse antes de tiempo.

No hace falta echarle agua. Tampoco hace falta echarle agua a lo que le pasa a Barrionuev­o para entender hoy a Barrionuev­o. Detrás de lo que dice hay una mezcla de cuestiones personales y de cuestiones políticas y gremiales.

Por si no se recuerda, Barrionuev­o es el mismo que dijo que “trabajando nadie hace plata” y que “debemos dejar de robar por dos años”. También, que era un “recontra alcahue- te de Menem”. No puede con su genio y a menudo se va a la banquina.

Ahora está peleado con Macri o Macri lo dejó de lado, que es otra manera de entender por qué dijo lo que dijo aunque lo que dijo no es precisamen­te la mejor manera de amigarse.

Hubo un cortocircu­ito y una discusión fuerte a fines de agosto por la huelga general que terminó en un papelón para la CGT y un costo grande para él mismo: Macri echó a Ezequiel Sabor, un hombre que le respondía y que era el viceminist­ro de Trabajo.

Un dato más: Barrionuev­o es empujado a la pelea con Macri por su esposa Graciela Camaño, mujer brava y una de las primeras espadas si no la primera de Massa en Diputados.

Camaño se radicalizó en el debate por la reforma previsiona­l. Y Barrionuev­o acompañó: jugaron en tándem. Llegó a ordenarle al garajista y triunviro de la CGT Carlos Acuña que declarara el paro contra el proyecto un domingo, sin consultar con nadie.

A Barrionuev­o le pasa también que necesita ganar protagonis­mo para evitar que se profundice la diáspora en la tropa que aún le res- ponde. Le ha quedado un puñado de gremios como Viajantes, Perfumista­s, Seguridad y el Vidrio. A diferencia de Moyano que tiene el soporte de Camioneros, Barrionuev­o tiene al sindicato gastronómi­co. Su fortaleza no está ahí sino en su capacidad para articular relaciones de ida y vuelta con el poder.

Un Barrionuev­o lejos del poder no les sirve a los sindicatos que están con él. Será para ver cómo andan sus cuentas y los porotos que junta cuando convoque al tradiciona­l asado de verano en Mar del Plata. Un remedo del que hacía el metalúrgic­o Lorenzo Miguel en el Silvio Hotel de Mar de Ajó.

En medio del destape de la corrupción sindical quiso mostrar fuerza y mostró debilidad.

Hasta aquí las cuestiones personales y las cuestiones políticas y gremiales de Barrionuev­o. El contexto no ayuda a Barrionuev­o en su apriete al Gobierno y peor: el contexto lo somete al riesgo de quedar embarrado en el destape de la mafia y corrupción sindical.

El último episodio: la cúpula de la UOCRA de Bahía Blanca fue detenida por asociación ilícita y extorsión. En la redada apareció de todo: armas, drogas, dólares , millones de pesos y hasta una máquina de contar dinero.

Cobra María Eugenia Vidal que los había denunciado y cobra Macri que tiene a la UIF, la unidad antilavado, detrás de cada investigac­ión. Y de paso saca algún rédito el siempre listo Gerardo Martínez que ve cómo le limpian los enemigos internos. El hizo lo suyo: corrió a su segundo, de la tumultuosa filial de Santa Cruz, donde la UOCRA operó como fuerza de choque del kirchneris­mo.

¿Y qué tiene que ver el podador de gastos Dujovne con todo esto? Nada. Solo que en medio de la crisis estrenó una casa de más de 1,5 millón de dólares en José Ignacio, Punta del Este. Podía haberlo evitado.

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