La memoria de los balseros del Caribe y de las tragedias del Mediterráneo
• El término “balsero” remite inmediatamente a los miles de cubanos que, buscando mejores condiciones de vida en Estados Unidos, cruzaban el Estrecho de la Florida con todo tipo de embarcaciones, la gran mayoría de ellas muy precarias y algunas extraordinariamente artesanales, lo que en muchos casos derivaba en naufragios.
• Hubo varias oleadas inmigratorias de este tipo que tuvieron relación ver con las distintas crisis que vivió Cuba. Una de las más importantes se dio en 1965, cuando Fidel Castro abrió el puerto de Camarioca para que los emigrados pudieran llevarse a sus familiares.
• Otro punto caliente ocurrió entre abril y octubre de 1980, y fue conocido como el éxodo del Mariel, porque más de 125.000 cubanos abandonaron la isla en botes por ese puerto.
• Entre todos resaltó el caso del niño Elián González, que tuvo lugar en 1993. En la travesía hacia Florida su madre murió, pero él pudo llegar. Allí fue recibido por algunos familiares, pero sin el consentimiento paterno. Cuba exigió la entrega del chico, lo que implicó un serio incidente diplomático. Finalmente fue devuelto a la isla, donde vive actualmente.
• Sin embargo, el término balsero se extendió a otros casos similares, como el de los miles de inmigrantes africanos y asiáticos que desde el 2015 atraviesan el Mediterráneo para buscar refugio en Europa.
• Esa gente huye de las guerras en el Norte de Africa y de las crisis económicas consiguientes en toda la región. Se someten a traficantes que les cobran enormes sumas para ayudarlos a alcanzar Grecia e Italia. El cruce por el mar ha generado una oleada de tragedias con botes precarios que, años tras año, han producido enormes naufragios con miles de muertos.