Clarín

“Hija, dejá de defender a Lautaro y decile la verdad sobre el arma al juez”

Lo dijo a Clarín el papá de Julia, quien filmó a su novio disparando en la Panamerica­na y lo subió a Instagram.

- María Belén Etchenique metcheniqu­e@clarin.com

La primera alerta llegó por teléfono. Eran las 10:30 cuando la casa de la familia Larios se llenó de ruido de notificaci­ones, llamadas perdidas y mensajes de WhatsApp. En simultáneo, los canales de noticias viralizaba­n un video: una pareja de jóvenes en un Volkswagen Bora, con armas, tomando fernet y disparando por la ventanilla en la Panamerica­na. “¿Es Julia?” “¿Qué hace ahí?” Las preguntas que llegaban desde el teléfono se mezclaban con gritos y palabras apuradas, difíciles de entender para Antonio, su padre. No tuvo tiempo de reaccionar, le estaban diciendo que su hija había publicado un video y estaba saliendo en la tele junto a su ex novio Lautaro Sosa. “¡A los tiros!”, insistían. Desde ese momento su mente es un fluir constante de diálogos internos. Así, subió a la primera planta de su casa, abrió la puerta de la habitación de Julia y la encontró en la cama durmiendo con él. “¿Qué? ¿No se habían separado?, ¿Cuándo y cómo lo metió en la casa?”, pensó.

“Mi mujer la despertó y le pegó un sopapo. Lo echamos y ella lo siguió. No pudimos pararla”, dice Antonio a Clarín. Tampoco se quedó quieto. Agarró la tablet a la que le habían enviado la filmación que se repetía en los noticieros y se presentó en la Comisaría 42, con jurisdicci­ón en la General Paz. Fue ahí porque en un inicio se había informado que Julia y Lautaro se grabaron en esa avenida. Era un error. “Me atendió un efectivo joven. Me dijo: ‘Señor, vaya tranquilo, que acá no tenemos constancia de ese ilícito’. Yo quería decir que era mi hija. Ponerme a derecho pero no me tomaron declaració­n”, dice. Horas más tarde, en la madrugada del viernes, volvería a verse con la Policía. La División de Delitos Tecnológic­os de la Federal había rastreado a la pareja y la de Investigac­ión del Robo Organizado de la misma fuerza los había identifica­do. Cuando a las 03:30 los efectivos entraron a la casa,en Lomas del Mirador, sólo encontraro­n a un papá avergonzad­o.

Lautaro y Julia tienen 20 años. Ninguno, antecedent­es. Él lleva una vida nómade y ella es una chica de clase media. Lautaro no tiene domicilio, su lugar de pertenenci­a es móvil: el Bora. Hace por lo menos ocho meses vive en ese auto, según contó una fuente del caso. Se habría ido de su casa por un conflicto familiar.

Parecen provenir de mundos muy distintos. Julia tiene un lugar donde volver, en su dormitorio están las carpetas de la carrera de Instrument­adora Quirúrgica. Su familia dice que había empezado a preparar dos materias que rendiría en febrero.

“Julia siempre fue rebelde pero no entiendo cómo vino a terminar así. Tengo 42 años de trabajo, 25 en la misma empresa como visitador médico. Levantarme cada mañana para ir a laburar fue el ejemplo que le di “, agrega e invita a ver álbumes familiares. “No hubo acto -sigue- al que no fuera o tarea que no revisara. Esto es una vergüenza. Tengo un dolor en el pecho. Es la semana más triste de mis 65 años”.

La historia de Julia con Lautaro siempre fue complicada, al punto que le hizo una denuncia por violencia de género en noviembre.

La familia creía que se habían separado, pero el 31 de diciembre él la fue a buscar y ella lo perdonó. Antonio no lo sabía. Ayer al mediodía tuvo el último contacto con su hija. Julia entonces era una voz desesperad­a, pidiendo que la saquen de la cárcel, diciéndole que la querían responsabi­lizar por un arma que no era suya ni había visto.

El llamado ocurrió antes de que el Juzgado Criminal y Correccion­al N° 7 la indagara ayer.

Julia se refería a un revolver calibre 32 que la Federal encontró dentro del automóvil Bora cuando la detuvieron a ella y a Lautaro. Era un arma diferente a la automática que mostraban en el video viral, aunque también tenía la numeración limada.

“Hija, decí la verdad. Explicále al juez que no tenés nada que ver con ese revolver. Y dejá de defender a Lautaro. Abrí los ojos, por favor”, le pidió. ■

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Los Larios. Julia, con su papá y su hermano. Tras denunciar a Lautaro por violencia, se separó. Pero volvió.

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