Clarín

Los dueños de un calor que quema por dentro

Hacen en Mar del Plata “El ardor”, una obra sobre una pareja estancada y un adolescent­e que despierta al sexo.

- Mar del Plata. Especial para Clarín María Ana Rago

Ellos empiezan el año ardiendo. En llamas, no sólo por el calor del verano, sino porque la obra que hacen en Mar del Plata los mantendrá encendidos de viernes a domingos en la sala mayor del teatro Auditorium, frente al mar. “Me convocaron para dirigirla y enseguida llamé a Valentina (Bassi), con quien había compartido varios laburos”, repasa Luciano Cáceres. Ambos son los protagonis­tas de

El ardor, junto a Joaquín Berthold y Santiago Magariños.

Llegan a la entrevista después de un ensayo que los dejó agotados y empapados; porque tanto ardor necesita calmarse con agua. Y salen literalmen­te mojados de la función.

En su doble rol de actor y director, Cáceres explica que esta pieza “si bien tiene que ver con un teatro costumbris­ta que plantea cuestiones cotidianas, pide una poética y un enor-

me laburo de puesta, porque la sala es para 1.000 personas. Creo que me llamaron a mí, porque tiene similitude­s con Pieza plástica -que Luciano dirigió el año pasado-. El desafío más grande era contar una historia de hacinamien­to y aislamient­o, en un escenario gigante. Pero junto a Agustín Garbellott­o, el escenógraf­o, lo logramos”, dice con satisfacci­ón. -¿Cómo definirían esta obra?

Cáceres: Es muy intensa. Una comedia dramática, con todos los tópicos del entretenim­iento, y eso está bueno para Mar del Plata. Pero además de hacer reír, emociona y da para la reflexión. Se trata de un matrimonio bastante estancado. Y en el medio, el hijo adolescent­e en su despertar sexual. La llegada de un primo viene a poner en jaque esos vínculos y despertar deseos que estaban dormidos.

El ardor habla, entre otras cosas, de la crianza. Y estos actores algo saben de criar a un hijo. Él es papá de Amelia, de 8 años (fruto de su relación con

Gloria Carrá) y ella es mamá de Lisandro, de 9 (que tuvo con su pareja, Ulises Rosell).

Valentina ya había hecho teatro en Mar del Plata, hace 4 años ( La casa de Bernarda Alba, dirigida por Muscari). Y fue entonces que conoció esta ciudad. “Es que yo soy del Sur. Si voy al mar, elijo Madryn o Pirámides”, explica. Luciano, en cambio, venía en su infancia. “Nos prestaban una casa por Parque Camet y nos instalábam­os con mi familia todo el verano. Era un rancho... Pero venir era un planazo”, recuerda.

Quieren aprovechar la estadía en La Feliz para que sus respectivo­s hijos puedan acompañarl­os y disfruten de la playa. Amelia está con su papá ahora y Valentina traerá pronto a su familia completa aquí, para que Lisandro esté en el mar durante enero. Los niños todavía no se conocieron, pero ya llegará el momento.

-Sus hijos, ¿van a poder ver la obra? Cáceres: No, los chicos no. Bassi: El principio... A mi chiquitín el principio se lo voy a dejar ver. Cáceres: Yo a mi chica, no.

Se ríen, juegan al yo sí, vos no. El director que tanto reivindica la libertad, se encuentra marcando límites. “Es que la obra es un poco fuerte. Y el final... No te lo voy a contar, pero es tremendo”, explica Luciano. “Igual, los chicos son mucho más inteligent­es que los grandes”, retruca Valentina. “Eso no lo niego -sigue Luciano-. Pero hay cosas que no tienen que ver. No sólo por lo sexual, hay algo más fuerte aún”. Habrá que verla.

Y cuando comienzan a hablar de sus hijos, la nota se extiende.

Se olvidan de El ardor y los gana el orgullo de ser padres. A Lisandro le aburre el teatro, pero le gusta andar por los camarines. A Amelia le divierte maquillars­e. Así que esas dos criaturas revolotear­án por ahí antes de que se abra el telón. “Para el día del niño, Amelia me pidió una máquina de escribir, de las de antes. No sabés lo que me costó conseguirl­a. Se la pinté de rosa y se la regalé. Y me dijo que quiere escribir las obras para que yo las dirija”, cuenta Luciano, quien quiere ser “el papá más copado”.

“Lisandro es súper corporal y le fascina el mar, y a mí me encanta eso, porque yo soy de ahí”, dice la actriz oriunda de la Patagonia. -Volviendo a la obra, ¿por qué

“el ardor”?

Cáceres: A medida que transcurre, te das cuenta de que el ardor no es sólo el calor, sino también hay algo dentro de los personajes que va quemando; el deseo erótico, la definición sexual. Hay también una violencia naturaliza­da, cierto maltrato verbal y hasta algunas cuestiones físicas. Bassi: Tiene que ver con la verdad, con lo no dicho, que cuando se expresa sale en forma de fuego. Hacen lo que pueden, pero son un desastre... La gente se va a reconocer porque los temas que trata la obra son los de la vida. Una familia que lleva muchos años junta, un hijo adolescent­e con todo lo que eso implica, los vínculos humanos.

Valentina y Luciano ya habían trabajado juntos. Las Ineses, en cine, El tiempo no para, en TV y sobre tablas, Teatroxlai­dentidad. “Pero Luciano nunca me había dirigido. Vi obras de él y sabía que me estaba metiendo en algo heavy”, confiesa Valentina. “Para trabajar con él tenés que estar entrenado. Y a mí me gusta lo físico, lo corporal; me aburro si no”, agrega la actriz.

El miércoles se presentó la película Corralón en el Espacio Clarín y luego en el Museo del Mar, y Luciano - uno de sus protagonis­tas- estuvo allí. Entre sus proyectos para el 2018, está dirigir una obra en Andamio 90, tiene en sus planes hacer su propia película y está evaluando propuestas de TV. “Después de Los ricos no piden permiso, seguida por Fanny la fan, fueron casi dos años seguidos de hacer televisión y fue mucho”, explica el actor. Valentina va a acompañar a la película que protagoniz­ó, Al desierto (dirigida por su marido), por los festivales en los que participe.

No es el ardor estomacal, a pesar de que los personajes intentan apagar su malestar con vino y más vino. Los personajes se encienden, pero no para iluminar: un fuego interno los excita y tal vez los consuma un poco. Cada uno de ellos tendrá que ver qué hace con ese ardor, cómo lo maneja. Cómo hacer para apagar tanto fuego. ■

Además de hacer reír, la obra emociona y da para la reflexión. Está buena para Mar del Plata”. Luciano Cáceres

La gente se va a reconocer, porque los temas que trata la obra son los de la vida. Una familia que lleva muchos años junta, un hijo adolescent­e...” Valentina Bassi

Hay algo en la puesta de poner el cuerpo, perderle el miedo al contacto físico, a la desnudez”. Luciano Cáceres

 ?? FABIÁN GASTIARENA ?? En el mar. Luciano Cáceres y Valentina Bassi son los protagonis­tas de la obra que también lo tiene a él como director. Ya hicieron varios trabajos juntos.
FABIÁN GASTIARENA En el mar. Luciano Cáceres y Valentina Bassi son los protagonis­tas de la obra que también lo tiene a él como director. Ya hicieron varios trabajos juntos.
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